Es fundamental reparar las acciones mal hechas, recuperando vidas destruidas

El poderío tecnológico nos ha puesto en una encrucijada. Hoy más que nunca necesitamos espacios diseñados para vivir en comunidad, ya sea en ciudades o pueblos, pues lo importante es crear oportunidades para todos, permitir la conexión e interacción entre las diversas culturas. En efecto, la vida es corta. Por eso, es vital detenerse para hacer autocrítica, máxime en un momento de constantes novedades, y pensar que cada despertar puede ser el último. De ahí lo trascendente que es reflexionar sobre el último paso, referente a la huella dejada, al valor de este andar por las riquezas sorprendentes del macrocosmos y del microcosmos, mientras tengamos energía en el cuerpo. No desaprovechemos este periodo existencial, démonos en gratuidad para contribuir a explorar la búsqueda armónica que toda alma desea.

Lo fundamental es encontrarse para conseguir reparar las acciones mal hechas, y al tiempo poder recuperar vidas destruidas, corazones acorazados, a fin de que cada ser humano se active en el culto a la cultura del innato abrazo, para combatir unidos contra estas miserias mundanas que nos deshumanizan.

Tengamos la valentía de poner siempre en primer lugar al ser humano, sus obligaciones y sus derechos fundamentales.

Víctor Corcoba Herrero