Seguridad. Según los expertos, el menor o mayor grado de preocupación depende del sector donde se viva y del estrato social al que se pertenezca

Feriado con preocupaciones

El control vial será al máximo en este feriado, por un lado por el narcoterrorismo y por otro por los accidentes de tránsito. “Estamos en una transición hacia lo incierto”, expresa el sociólogo guayaquileño Carlos Tutivén.

Históricamente en el Ecuador han sido los feriados de carnaval y Semana Santa los tiempos en que en el país se han tomado grandes decisiones políticas, económicas, sociales, y en este 2018, hay expectativas e incertidumbre en la población sobre lo que va pasar en los próximos días, cuando entramos a la celebración de la Semana Mayor.

“Estamos en una transición hacia lo incierto”, expresa el sociólogo guayaquileño Carlos Tutivén. Con él concuerdan el también sociólogo Roberto Sáenz y el analista económico Carlos Rivera Naranjo.

Esas expectativas e incertidumbre la crean, entre otros, la crisis económica, el anunciado paquete de medidas de ajustes del Gobierno central que serán anunciadas el próximo lunes, la crisis del Seguro Social, la situación de inseguridad en la frontera norte donde fue secuestrado un equipo periodístico, la migración venezolana, los casos de corrupción, los accidentes en las carreteras y hasta el proceso de matriculación en los colegios para el año lectivo 2018-2019 que inicia el 16 de abril.

Un panorama oscuro que, según Tutivén, puede crear múltiples reacciones en una población que en su subconsciente tiene recuerdos generales de hechos trascendentales ocurridos durante los feriados como al que entramos.

Los problemas nacionales, asegura Tutivén, configuran un conjunto de realidades inciertas que provocan preocupación. En unos casos, aquello puede llevar a tomar decisiones como restringir el gasto, sin dejar de disfrutar del feriado, y en otros a tomar severas medidas de ajuste como el hecho de quedarse en casa.

“También puede ser que los ecuatorianos decidan aprovechar el feriado para bajar las tensiones, una especie de bálsamo paliativo para recobrar fuerzas para lo que venga”, añade.

A muchos ecuatorianos, dice Sáenz, los accidentes viales pueden hacerlos desistir de la idea de viajar en las carreteras y en su lugar escoger otras opciones para relajarse. Pero lo importante, agrega, es que la multiplicidad de problemas que tiene el país, por lo que hay que tomar medidas, no les haga olvidar que estos fueron causados por el mal manejo político, social y económico durante los diez años del anterior régimen. “Que todo lo que está ocurriendo en el país no nos haga olvidar que la principal medida que debe tomar el Gobierno es que hay que recuperar los dineros que han sido gastados de manera alegre o que han ido a los bolsillos de los corruptos”.

“El feriado viene a ser, en muchos casos, un aliciente para reencontrarse con Dios, para estar con la familia”, dice el analista Luis Rodrigo Mendienta. Pero aquello dependerá del sector donde viva y al grupo social al que pertenezca. En el norte, por ejemplo, la preocupación de los ecuatorianos estará centrada en el narcotráfico y la situación de inseguridad; en la Costa, en los gastos por el inicio de clases en tres semanas. En la clase media y alta, agrega, hay expectativas por saber cómo les afectarán las medidas fiscales del lunes.