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Excolaboradores de Trump, acusados de conspiracion

Paul Manafort, exjefe de campaña del presidente de Estados Unidos Donald Trump, se entregó al FBI ayer y otro excolaborador se declaró culpable de mentir a agentes, en el desarrollo más grave hasta la fecha de una investigación federal sobre la interfe

Donald Trump junto a la primera dama, Melania Trump durante el acto de bienvenida del Halloween en la Casa Blanca en Washington.

Paul Manafort, exjefe de campaña del presidente de Estados Unidos Donald Trump, se entregó al FBI ayer y otro excolaborador se declaró culpable de mentir a agentes, en el desarrollo más grave hasta la fecha de una investigación federal sobre la interferencia rusa en la elección presidencial de 2016.

Manafort, de 68 años, un veterano operador republicano, llegó a una oficina de la Agencia Federal de Investigaciones (FBI) en Washington para entregarse tras ser acusado por un gran jurado de cargos que incluyen lavado de dinero, lo que se castiga con hasta 20 años de cárcel.

Manafort se presentó a primera hora de ayer ante el FBI y posteriormente fue enviado ante una jueza federal en Washington, donde se declaró inocente de los 12 cargos esgrimidos en su contra.

A la salida del tribunal, el principal abogado de Manafort, Kevin Downing, afirmó que la inculpación del poderoso lobista era “ridícula”.

Manafort es acusado de conspiración y lavado de dinero y fue puesto bajo arresto domiciliario mediante una fianza de 10 millones de dólares.

Ni Trump ni su campaña fueron mencionados en la acusación y muchos de los cargos -algunos de los cuales se remontan a más de una década atrás- tienen que ver con el trabajo de Manafort para el Gobierno prorruso de Ucrania y personalidades políticas de ese país.

No obstante, en un desarrollo distinto directamente relacionado con la campaña de Trump, ayer se supo que el exasesor de campaña George Papadopoulos se declaró culpable a principios de mes por haber realizado declaraciones falsas el 5 de octubre ante agentes del FBI.

La oficina del fiscal especial del Departamento de Justicia, Robert Mueller, dijo que Papadopoulos afirmó al FBI que había estado en contacto con un profesor en Londres que aseguraba tener información en forma de “miles de correos electrónicos” que dañaría a la candidata demócrata Hillary Clinton.

Papadopoulos había dicho inicialmente que esos contactos ocurrieron antes de entrar en la campaña de Trump, pero lo cierto es que la reunión no ocurrió hasta después de unirse a ella, informó la oficina.

Las investigaciones de Mueller y de varios comités del Congreso sobre los supuestos intentos rusos para inclinar los comicios en favor de Trump y una potencial colusión con los asesores del mandatario han ensombrecido los nueve primeros meses del presidente en el cargo y han agravado la tensión entre republicanos y demócratas.

Manafort llevó la campaña de Trump entre junio y agosto de 2016, antes de renunciar por los reportes de que pudo haber recibido millones de dólares en pagos ilegales de un partido político prorruso en Ucrania.

Rick Gates, socio de Manafort, también fue incluido en una lista de 12 cargos, la primera desde que Mueller fue nombrado fiscal especial en mayo. Abogados de Gates y Manafort no respondieron de inmediato a llamados para comentar la situación.

Trump, que ha negado las acusaciones de colusión con los rusos, reiteró ayer su frustración con la pesquisa de Mueller, a la que calificó como una “caza de brujas”.

“Lo siento, pero eso fue hace años, antes de que Paul Manafort formara parte de la campaña de Trump. ¿Pero por qué no se centra en la corrupta Hillary y los demócratas?????”, escribió el mandatario en Twitter la mañana de ayer, en referencia a Hillary Clinton.