La evolución del volante en la Fórmula 1

La evolucion del volante en la Formula 1

Los primeros volantes de la Fórmula 1 se diferencian en su totalidad a los sofisticados sistemas que existen en la actualidad. Se podría decir que fue Ferrari el equipo que cambió el destino de estos elementos, gracias al trabajo de su ingeniero John Barnard.

Este título se extiende también a Nigel Mansell, quien fue el primer piloto en utilizar caja de cambios secuencial semiautomática apoyada por levas en el Gran Premio de Brasil 1989. Lo hizo a bordo de un Ferrari 640 que prescindió de palanca de cambios y pedal de embrague.

De volantes de tractor (foto 1) a supercomputadoras (2), las direcciones de la etapa inicial de la Fórmula 1 no tenían pantallas, botones ni perillas. Empleaban mandos similares a los que se usaban en automóviles de calle. Eran fabricados en madera y regularmente eran de gran tamaño, para curvar lo menos posible.

La reducción del tamaño de los automóviles de Fórmula 1, así como las cabinas de conducción entre los años 60 y 70 hizo necesario que los volantes sean más pequeños, y desarrolló la necesidad de levas posteriores para cambiar de marcha.

Esto representó un gran avance, pues ya no fue necesario maniobrar mucho con las manos, simplemente se bajaba de velocidad con la leva izquierda y se subía con la derecha, lo cual también redujo el nivel de error al cambiar de marcha. El pedal de freno pasó al pie izquierdo, el embrague desapareció del piso y se volvió automático tras el volante.

La ausencia de palanca de cambios por la caja secuencial semiautomática dio origen al botón de neutro. Mientras que las altas temperaturas que enfrentan los pilotos en algunas de las carreras del campeonato generaron la necesidad del botón para beber (sistema de hidratación del piloto).

Otra novedad fue el botón de radio, que permite al conductor mantener contacto con la escudería, para revisar el estado de la carrera, posiciones de competidores, estado del monoplaza o llamado a pits.

La regulación de velocidad de la FIA en el pit lane fue el origen del limitador de velocidad, que se activaba con un botón que impide que el automóvil supere los 80 km/h, como medida de seguridad para los mecánicos durante los Grandes Premios. La sofisticación de los volantes incluyó perillas para controlar características como mapeo de motor, mezcla de combustible, distribución de frenado hacia la parte frontal o posterior del monoplaza, entre otras.