Etica, politica y corrupcion

Estas tres palabras resumen lo que el país vivió en la política en la última década. No porque los políticos, dirigentes y organizaciones hayan revalorizado las dos primeras, sino todo lo contrario, ya que múltiples hechos de corrupción las han deteriorado y pervertido. El premio lo tienen los líderes de Alianza PAIS y la RC del socialismo del siglo XXI. Todos estarán de acuerdo que en sus filas se encuentran los principales actores, quienes desde adentro y desde las altas esferas de la administración pública, llevaron adelante un siniestro plan que llamaron “proyecto político”. Este no fue otra cosa que un diabólico proceso de prostitución de la política y perversión de los clásicos valores éticos que deben sustentar ese accionar ciudadano.

Por eso antes de que termine el año meditemos a fondo sobre lo que ha significado verdaderamente la llamada “revolución ciudadana”. Sus más altos dirigentes -especialmente su máximo líder en cada sabatina- ofendían, vejaban, insultaban y ordenaban enjuiciamientos a líderes sociales, y sobre todo a los periodistas, periódicos, radios y canales de TV que señalaban hechos de corrupción. No pocos fueron a la cárcel por contradecir el “pensamiento y verdad única” del líder que dijo ser “jefe de todos los poderes del Estado”. Esto debe conducirnos a una profunda y objetiva reflexión respecto al significado y los resultados reales de diez años de correato.

En la superficie y también en el fondo se constatará que ese régimen despótico y autoritario ha dejado graves secuelas. Como evidencia han quedado desastrosos resultados: economía destruida, petróleo pignorado hasta el 2025, finanzas públicas escuálidas, sobreendeudamiento externo, burocracia acartonada incrementada a límites inimaginables, decenas de medios de comunicación y periodistas vejados, humillados, ofendidos, enjuiciados y multados por la Supercom. Pero principalmente, la política y la ética burladas, violadas y pervertidas por un accionar de continuos hechos de corrupción.

El país finalmente comprendió el real significado del “proyecto político” que impuso AP: la revolución de la corrupción (RC). Eso es lo que definitivamente queda claro de la década de megalomanía y autoritarismo del correato.