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Epidemiologos alertan sobre un “zika imparable”

No hay plan ni sistema de salud que pueda evitar la expansión del zika si no hay apoyo de la población, y más aún cuando las lluvias permiten una vertiginosa reproducción de sus transmisores: los mosquitos aedes aegypti. Quienes lo dicen son Elio Ochoa, epidemiólogo de la clínica Kennedy; Magaly Angulo, especialista en Medicina Interna de la Kennedy Alborada, y el infectólogo Rafael Caputi Oyague, consultados por EXPRESO.

Los tres expertos vislumbran con preocupación una difícil situación sanitaria en el país por la presencia de este y otros dos virus, el dengue y el chikunguña, transmitidos por el mismo tipo de mosquito.

Basta mirar la experiencia de países de la región como Colombia y Brasil, donde hay miles de contagiados, para imaginar lo que ocurrirá, dice Ochoa.

¿Qué hacer? “Diezmar a los mosquitos de la única forma posible: eliminando todos aquellos recipientes inservibles que acumulen aguas lluvias y que puedan convertirse en un criadero: botellas plásticas, llantas, baldes, tarrinas... Y, sobre todo, precisa Ochoa, cubrir los tanques con agua.

“No hay otra forma”, añade la internista Magaly Ángulo. “Cuando deja de llover hay que limpiar, porque la acumulación de agua es el caldo de cultivo del aedes aegypti”. Por ello, acota Ochoa, “la alerta apidemiológica debe ser bien planteada porque vamos a tener, inevitablemente, muchos casos de zika”.

Para él, solo hay dos formas de frenar su avance: la primera, el control de vectores; y, la segunda, un diagnóstico rápido de los enfermos que impida que los mosquitos diseminen el virus en la comunidad.

“La situación es complicada”, reitera Caputi Oyague, para quien solo existe un solo camino: declararle la guerra a los mosquitos y utilizar todo aquello que pueda evitar sus picaduras: toldos, mallas antimosquitos y fumigaciones. RTG