Educacion y sociedad

La educación moderna es un aspecto determinante para la formación social, cívica, científica y técnica de los ciudadanos. También es un eje vertebrador que impulsa el progreso de las colectividades humanas.

Hoy ya no se discute sobre su importancia. Ahora el debate se centra en la calidad, orientación y destino final que la educación debe tener tanto para los educandos como para la colectividad.

Tampoco se discute si es laica, privada o pública. Lo que actualmente preocupa a las sociedades, gobiernos y Estados es cómo lograr que ella, dentro de su carácter masivo, no pierda lo democrático, lo incluyente y que no se deteriore su calidad.

Esta semana que termina ha sido tiempo de inicio de clases. Los estudiantes se han incorporado a un nuevo año escolar. Es un momento que genera expectativas para toda la sociedad. Al mismo tiempo es una buena oportunidad para que los diferentes actores y sujetos del proceso educativo reflexionen sobre la función y el alcance social, cívico, económico, científico y técnico que este debe tener.

Actualmente, en tiempos de globalización e incorporación de la realidad virtual, es necesario reflexionar acerca de que ya no se habla de cómo hacer de la educación un factor de inclusión social, de reconocimiento y de ampliación de derechos. Se va más allá. Se trata de que sus impulsores, institucionales y humanos, comprendan que no es cuestión de educar por educar, de instruir por instruir. Tampoco de un culto masivo a la construcción de edificaciones escolares, pues si estas no están articuladas con las nuevas visiones de la educación, terminan brindándole poco servicio. Otro aspecto que continúa siendo una deuda social es lo referente a las escuelas y la educación rurales, debido a que siguen siendo el patito feo en el pensamiento de aquellos que creen que la educación solo merece atención en las urbes.

El elemento central a analizar y debatir es cómo hacer que los estudiantes transformen la información que reciben en conocimiento, y cómo pueden lograr que este sea un instrumento que los cambie y que simultáneamente cambie a la sociedad.

Bien dice la Unesco que la educación “es un derecho humano para todos, a lo largo de toda la vida, y que el acceso a la instrucción debe ir acompañado de la calidad”.