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En Guayaquil, Daule y Samborondón, los gimnasios abrieron sus puertas entre julio y agosto. La Secretaría del Deporte visitó  40 establecimiento para verificar el cumplimiento de las normas.Cortesía

Los gimnasios se reinventan para superar las pérdidas

El 25 % de los establecimientos a nivel nacional han cerrado. La reapertura aún no suma numerosos adeptos.  En Quito, el plan piloto presenta trabas.

Sin dinámicas grupales, bailoterapia o calentamiento, con divisiones entre las máquinas y un máximo de noventa minutos de ‘work out’ por cliente, los gimnasios en varias provincias reabrieron sus puertas.

Pero el retorno ha sido lento. El temor al contagio y la baja en los ingresos de los antiguos socios han dificultado la reactivación de esta industria, que hasta antes de la pandemia se había triplicado, con más de mil establecimientos a nivel nacional.

La cuarentena, señala el gremio, ha llevado al 25 % de los negocios a la quiebra y ha provocado pérdidas de al menos $ 25 millones. Jorge Ruiz, titular de la asociación que agrupa a estos negocios en Guayas, señaló la semana pasada que pese a la autorización de reabrir sus puertas en agosto, diez de estos locales quebraron y más de una treintena tuvieron que dar por terminados sus contratos.

“Con mucho esfuerzo hicimos una inversión para implementar los protocolos de seguridad, pero en este mes ni siquiera hemos recuperado lo que se ha invertido en gel”, explicó Karina Suárez, administradora de uno de estos establecimientos en el norte de Guayaquil. “Teníamos capacidad para atender a 350 personas. Ahora estamos con turnos y aforo limitado. Ampliamos el horario de 06:00 a 23:00, pero no han regresado la mitad de nuestros clientes”.

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Para el instructor José Triviño, no obstante, la crisis es una oportunidad para la innovación. Este señala que su establecimiento, Sky Fitness, ha desarrollado varias opciones, como las clases en línea (que activaron durante la cuarentena) y el alquiler de equipamiento. “Nunca esperamos recuperar los clientes ni bien arrancáramos. Lo que estamos haciendo es dando opciones para que la gente siga entrenando y nosotros nos adaptamos a sus necesidades”.

La reducción de valores también ha sido clave. Si bien antes el promedio nacional mensual de la membresía de un gimnasio era de $ 40, esta se ha reducido a la mitad, con el fin de atraer a más clientes.

Aun así, el gremio busca opciones a través del Estado, como extensiones en el pago de impuestos y de prediales, así como facilidades para acceder a créditos que les permitan mantenerse en pie.

En la capital, en cambio, el pedido es más sencillo: que les permitan abrir sus puertas. Así lo indicó Ericka Arellano, titular de este gremio y propietaria del gimnasio Life Fitness Gym. “Según los datos que tenemos, de los 800 gimnasios que había en Quito, 350 han cerrado”, manifestó.

Hasta inicios de semana, la asociación de gimnasios alistaba una manifestación, pero un encuentro con el alcalde Jorge Yunda aseguró la posibilidad de implementar un plan piloto que, tentativamente, debería empezar el lunes. “El alcalde nos indicó que podremos presentar nuestros planes piloto con un video y las medidas de seguridad para poder reactivarnos. Todavía no nos han confirmado, pero estamos dispuestos a abrir el lunes nuestras puertas”, agregó.

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Arellano señaló que la mayoría de los establecimientos cuentan con inversiones de entre 20.000 y 50.000 dólares en máquinas, que deben recuperar. “Necesitamos volver a trabajar. Llevamos seis meses sin ganar nada, y hay muchas familias que dependen de nuestro trabajo”, comentó.

Al igual que en el Puerto Principal, los establecimientos deberán ser inspeccionados, y la atención se llevará a cabo de manera regulada y por turnos. La empresaria agregó que los locales solo ofrecerán máquinas y pesas, evitando actividades que podrían propagar el contagio.