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La entidad ha sido blanco de intereses políticos, ahora con una reforma se busca blindar una nueva intervenciónArchivo Expreso

El dinero ‘no líquido’ infla las cuentas del Banco Central

Los depósitos se elevaron un 99% en los últimos 13 años. Un crecimiento que, analistas califican como artificial, pues fue impulsado con recursos inorgánicos

Las cuentas del Banco Central del Ecuador (BCE) llevan años reflejando un falso equilibrio. Aunque los registros indiquen que, hasta diciembre de 2020, sus pasivos exigibles sumaban $ 13.854 millones, lo cierto es que, si el día de mañana le toca devolver esos depósitos de forma inmediata a los bancos privados y entidades públicas, solo tendría $ 7.196 millones (dinero de la reserva internacional) para poder satisfacer esa demanda.

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La reserva internacional crece, pero su cobertura se debilita

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“Si le toca devolver el resto ($ 6.658 millones), la entidad tendría que obligarse a pagar, con los bonos que tiene, los contratos de crédito que alguna vez firmó o, en el peor de los casos, vender sus activos ”, explica César Robalino, exministro de Economía y Finanzas; es decir, empezar a dar valor a todos los instrumentos que en su momento aceptó, a cambio de entregar liquidez, al anterior gobierno. La razón que hoy genera ese gran descalce.

Julio José Prado, presidente de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca), rememora que esa expansión irreal del balance inició en enero de 2010, cuando el gobierno de Rafael Correa inauguró las denominadas operaciones de “inversión doméstica”, que implicó ordenar al BCE aceptar papeles de la banca pública a cambio de entregar recursos líquidos en sus cuentas. Una transferencia que, explica, no hizo otra cosa que originar un “incremento artificial de sus pasivos”, pero en base a títulos valores que hasta el día de hoy el Central puede cobrar. La estrategia tomó mayor fuerza en octubre de 2014 con la vigencia del Código Orgánico Monetario y Financiero que cambia definitivamente la esencia original del BCE transformándolo en un banco comercial, pues a partir de ahí se le autoriza también invertir en papeles del Ministerio de Economía y Finanzas. Hasta el 2016, dice Prado, eso fue el detonante para debilitar de manera significativa sus balances.

Ese descalce, sostiene, ha venido obligando a la banca privada a ser más cauta y a hacer mayores esfuerzos para conservar la liquidez en caso de existir algún periodo de inestabilidad, pero a costa de perder oportunidades. “Mientras más crecía el descalce del BCE, más amplias debieron ser las reservas de liquidez de la banca (hoy suman más de $ 12.000 millones). Si bien eso puede ser ineficiente desde el manejo normal de la liquidez, en un entorno como el que se vivió durante la última década sin el respaldo adecuado en el BCE, este fue un mecanismo de prudencia”, dice.

Desde la oposición, Carlos de la Torre, exministro de Economía de la época correísta, cuando se le pregunta del origen y las consecuencias de ese descalce, prefiere responder minimizando los riesgos que en el sector privado se advierten, respecto a la falta de cobertura de depósitos. “En el caso de una corrida, un retiro masivo está el fondo de liquidez que está conformado por recursos de los mismos bancos privados y cooperativas de ahorro crédito”, dice. La reserva, sostiene, no tendría por qué ser tocada, pues esta también está siendo alimentada por préstamos internacionales que pertenecen a la caja fiscal. “Lo que quieren es que con plata de la caja fiscal se les cubra en caso de que haya algún problema”. Si hoy hay abultados depósitos en las cuentas del Central, añade, habría que preguntarse hasta qué nivel el sistema financiero está cumpliendo con su deber de colocar créditos.

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El debate sobre la situación del BCE se recrudece a medida que avanza el proceso electoral con la propuesta del candidato presidencial, Andrés Arauz, de seguir usando recursos de la reserva internacional, y en medio de la intención del actual Gobierno de blindar la seguridad del Central, con una reforma al Código Monetario que espera enviar a la Asamblea a fines de este mes. No reequilibrar los balances, acota Prado, significaría mantener o dejar la puerta abierta para que se agrave la falta de cobertura total de depósitos que hoy arropa apenas un 52 %.

PARA SABER

RESERVA INTERNACIONAL. Es dinero líquido, constante y sonante de entidades públicas y privadas, que por obligación, deben tener en las cuentas del Banco Central del Ecuador (BCE).

RÉCORD HISTÓRICO. El 2020 cerró con $ 7.196 millones en reservas, el mayor nivel alcanzado en 20 años. No obstante, es una liquidez que cubre un 52% de los pasivos o depósitos registrados en el Central.

LO QUE IMPLICA. En las reservas se cuantifican los recursos que el BCE tiene en bóvedas, sus cuentas corrientes en el exterior y las inversiones en oro.