CFN
Interiores de la agencia matriz de la Corporación Financiera Nacional (CFN), en Guayaquil. Alex Lima / Expreso

CFN: una crisis que se silenció con el ‘maquillaje’ de cifras

Los ajustes en balances habrían impedido visualizar la gravedad de su cartera. Lo que se veía como una entidad fuerte terminó con $ 240 millones de pérdidas

En los últimos años, la basura de la CFN estuvo metida bajo la alfombra. La cartera de créditos vencidos e incobrables crecía a raudales, pero contradictoriamente, cada año sus cierres exponían millonarias utilidades. Pero solo hasta el año pasado, cuando su balance dio un giro: los $ 7 millones de ganancias que aparecen en sus cuentas finales de 2020, hoy son $ 240 millones de pérdidas que la entidad debe enfrentar. Una consecuencia que los denunciantes de este escenario atribuyen a la mala gestión de administraciones pasadas.

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Una auditoría de los estados financieros, solicitada por Iván Andrade y Eduardo Salgado, actuales presidente y gerente de la entidad, permitió depurar las cifras y establecer que hasta el 2021 la cartera incobrable ya había sumado $ 286 millones y la vencida los $ 418 millones, de los cuales el 85 % llegó a originarse en los años 2014, 2016, 2017 y 2019, tras la entrega de millonarios créditos bajo requisitos endebles, insuficientes garantías y plazos poco técnicos.

El 2014 fue el año de mayor festín, pues concentra el 27 % de esos créditos vencidos que corren el riesgo de quedar impagos. ¿Pero quiénes estuvieron en ese y los otros años? El nombre de María Soledad Barrera es el primero en aparecer. Fue la responsable de dirigir la institución desde el 2014 al 2016. EXPRESO lleva desde el pasado 14 de diciembre solicitando una entrevista para conocer su versión. Llamadas y mensajes a su número personal han quedado en visto. No ha respondido.

$ 418 MILLONESes el monto de la cartera que ha sido declarada como improductiva o vencida.

Además de Barrera, por el directorio pasaron otras dos autoridades: Santiago León, quien se excusó de hablar del tema por el tiempo que ejerció el cargo (solo seis meses) y por un contrato laboral que le impide pronunciarse públicamente, y Juan Carlos Jácome, quien se excusó de emitir criterios por no tener data a la mano, dijo, pues “la información que requiero es interna, está en CFN bajo sigilo bancario”, argumentó. No obstante, señaló que si se requieren detalles, lo oportuno es consultar a los gerentes generales, pues son ellos los encargados de manejar la parte operativa del crédito.

Eduardo Salgado, gerente actual de la CFN, cuestionó esa respuesta, pues duda de que altos créditos como el otorgado a La Clementina ($ 75 millones) en el 2014 hayan tenido que ser aprobados solo por la gerencia y no por su presidente, como una gestión rigurosa manda.

Para él, las anteriores administraciones quedaron en deuda con la entidad. No solo se falló por el laxo control en la emisión de dinero, sino por la falta de una política que pueda desconcentrar el destino de ese crédito. “La CFN solo ha tenido menos de 3.000 clientes, de los cuales esos préstamos solo están en 500 con 1.200 millones de cartera, hablamos de un club de deudores bajísimo”, advirtió.

Cuando se intenta evaluar gestiones pasadas, hay otro factor que llama también la atención: la forma en que han venido gestionando las provisiones, los montos que la entidad asigna para cubrir deudas impagas. La pérdida de $ 240 millones del 2021, explicó, responde a los $ 651 millones de saldo bajo este concepto; casi el doble, dice, de lo registrado en el 2020. Las utilidades de $ 7 millones de ese año y de años anteriores, aclaró Salgado, solo son producto de las bajas provisiones y no de una buena cartera. “Lo que se quería mostrar es un buen balance”.

Es algo bárbaro, lo que se quería hacer era mostrar un buen balance.

Eduardo Salgado,
gerente general de CFN

Roberto Dunn, quien estuvo como presidente en el 2020, respondió únicamente que en año de pandemia tuvo que enfocarse en lo urgente. Este Diario también buscó la versión de Roberto Murillo, quien se desempeñó como gerente en el directorio de Barrera, pero, al igual que ella, prefirió no hablar. Quien sí lo hizo fue Pablo Patiño, que arribó a la entidad en el segundo semestre de 2019. Él defendió el “manejo técnico” que tuvo la entidad, pues fue el año, dijo, en que las provisiones empezaron a crecer fruto de las auditorías y observaciones que desde ese período comenzó a hacer la Superintendencia de Bancos. No obstante, culpó a la pandemia del deterioro que luego tuvo la cartera.

David Castellanos, quien entre junio de 2019 y junio de 2020 fue intendente de Riesgo del ente de control, dijo haber notificado a la entidad sobre su pobre desempeño, con el fin de que los demás intendentes tomen acciones. “Lo que se debe verificar es si hubo seguimiento, si ese control se ha venido dando o no... si llegaron a aplicar sanciones”.

La Superintendencia, consultada por los detalles de la labor realizada, aseguró que ha habido monitoreo de este tema, pero aclaró que “los informes de auditoría, inspección y análisis que hace la entidad son reservados”.

Corporación Financiera Nacional

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Castellanos comparte la percepción de Salgado de creer que el rumbo que ha tomado el banco en los últimos años ha estado también supeditado a presiones políticas. “Lo que los administradores han querido mostrar es una buena imagen, la de tener una entidad que aporta, que produce; cuando en realidad lo que ha venido sufriendo es un grave problema de colocación que no ha sido expuesto en el nivel en que se debería”.

En esto, añadió, también ha aportado la mala cultura crediticia de creer que como el Estado es el que coloca dinero, este tiene que terminar condonando. Al final, recalca, “los que perdemos somos los ecuatorianos. Si pierde el Estado, perdemos todos”.

  • LOS EXPRESIDENTES DE LA INSTITUCIÓN

MARÍA SOLEDAD BARRERA. Estuvo en el puesto desde  el año 2014 al 2016. 

NO HUBO RESPUESTA.

SANTIAGO LEÓN. Año 2017

Vía decreto ejecutivo, el 30 de mayo de 2017 fue nombrado como presidente. Este Diario buscó su versión el pasado 14 de diciembre, pero él se excusó de dar una entrevista porque, dijo, “yo solo estuve seis meses” y además porque tiene    en vigencia un contrato laboral que le impide dar declaraciones públicas.

JUAN CARLOS JÁCOME. Del 2018 al 2019

Jácome se negó a hablar del tema porque no contaba con la información necesaria. “Sería un error de mi parte responder a sus preguntas”, dijo. No obstante, señaló que los directorios de la CFN no manejan la parte operativa del crédito, algo que la actual administración cuestiona. Atribuyó el deterioro de la cartera a la pandemia.

ROBERTO DUNN. Año 2020

Su gestión, que empezó el 11 de junio de 2020, no está vinculada a las denuncias de créditos irregulares que hace la actual administración, pero se excusó de dar una entrevista para hablar sobre su gestión. Se limitó a decir que se dedicó a tomar acciones urgentes debido a la pandemia para reactivar negocios afectados.

  • NO SE DESCARTA PRESENTAR DENUNCIAS

Consultada la Superintendencia de Bancos sobre las acciones que deben tomarse, tras las irregularidades que ha hecho públicas la actual administración de CFN, Rosa Guerrero, asesora en Supervisión Basada en Riesgos del ente de control, señala que la institución se reserva “la potestad sancionatoria administrativa” en caso de hallar infracciones. En su respuesta, que hizo llegar vía correo electrónico, sin embargo no aclara si al momento se ha ejecutado alguna sanción relacionada al tema. Igual pedido se hizo a la Contraloría, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.

Guerrero sostiene que en cuanto a acciones legales, es la propia entidad la que debe tomar la iniciativa de hacerlo.

Salgado, el gerente de CFN, no lo descarta. La actual auditoría que llevan a cabo, señala, no confirma delitos de fraudes, pero de existir algún indicio, pedirían la intervención de Contraloría. El foco ahora es seguir depurando la cartera para caminar a una fusión con BanEcuador.