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Impacto. Hoteles y restaurantes, reestructuran la programación, con pérdidas en contra.archivo / expreso

“Tras el anuncio, las reservas comenzaron a cancelarse”

El sector turístico cree que el 2020 está perdido. Los preparativos para las fiestas de Año Nuevo, que serían un respiro, se transforman en nuevas pérdidas

Las nuevas restricciones de circulación, que incluye el cierre de las playas, no solo ‘aguaron las fiestas’ de miles de ecuatorianos, sino de propietarios y trabajadores de agencias de viajes, hoteles y restaurantes que preveían que la celebración de la Navidad y Fin de Año, sería una nueva oportunidad para reactivarse. Hoy, lo invertido en preparativos, solo agrava las pérdidas que suma este año.

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“Tras el anuncio, las reservas comenzaron a cancelarse”, dice Esteban Fiallos, propietario del hotel Poseidon de Manta, a quien las medidas, impuestas para prevenir nuevos contagios de coronavirus, lo toman por sorpresa. Solo para la Navidad, asegura, sus reservas alcanzaban el 40% y para Fin de Año, el 70%. Pero no es lo único que le preocupa, también se pregunta qué pasará con las cenas navideñas que hasta ayer había prevendido. “Habrá que devolver el dinero, de donde no hay”, sostiene. En su caso, ya había comenzado a abastecerse con alimentos y bebidas, en base a la cantidad de personas que iban a adquirir sus servicios.

Igual lamento existe en la Comunidad de Planeadores de Evento de Guayaquil que, hasta ayer, tuvieron que realizar la cancelación de al menos seis bodas, luego de que el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) junto al Municipio de la ciudad, ampliara las restricciones del Gobierno, estableciendo, entre varias cosas, la prohibición de reuniones en hoteles, locales y salones de eventos, para los próximos 15 días.

RESTRICCIONESEl COE nacional dispuso un aforo del 30% en restaurantes. En Guayaquil, están prohibidas las reuniones en hoteles y salones de eventos.

Las principales quejas se centran en la improvisación que, a criterio de muchos, existe en la tomas de decisiones. “Comunicar sin un plan de trabajo completo es un grave error, no darle al sector comercial la oportunidad de organizarse es desconsiderado, por no decir ofensivo”, dijo Francesca Ferrero, presidenta de la Asociación de Restaurantes del Guayas, quien rechaza principalmente la restricción del aforo. En el caso de Guayaquil, los locales de comida venían trabajando al 70%, pero bajarlo al 30%, dice, podría conllevar a una nueva ola de cierre de negocios. “Nos lo bajan al 30%, pero el comercio tiene el 50%. Eso no tiene mayor soporte ni estudio. Además será una medida aniquilante. Locales que no tienen mucho metraje (en su espacio), que ya venían cumpliendo los dos metros de distancia, ahora deben tomar la decisión si abren o cierran”.

Se trata de un impacto, recuerda, que repercute también en lo laboral. Para esta fecha, muchos establecimientos también habían contratado mano de obra adicional para atender al público. En su caso, propietaria de Moro Grill, preveía emplear a 8 personas de forma temporal, pero con estas medidas el trabajo quedará reducido. “Con todo esto, los próximos 30 días, prácticamente, lo damos por perdidos. Habrá que ver qué establecimientos pueden operar y cuáles se acogerán a la reducción de jornada parcial de sus empleados”.

Desde la Federación de Cámaras de Turismo del Ecuador, se observa el escenario con enorme preocupación. Aunque admiten que las medidas podrían ser oportunas para salvaguardar la salud de las personas, se vuelve a rechazar la forma en cómo las autoridades manejan la crisis.

Ayer, reunidos en Guayaquil y Quito, representantes de las Cámaras de la Producción, hoteles, aerolíneas, agencias de viajes, advirtieron que el Gobierno está dejando morir al Turismo, la tercera fuente de divisas del país.

$ 300 MILLONESEs el monto de ingresos con los que el sector turístico prevé cerrar el año

Este año, dice Holbach Muñetón, su presidente, el sector espera cerrarlo con $ 300 millones de ingresos, muy por debajo de los más de $ 2.287 millones que el sector solía general en un año normal. Esto, afirma, producto de la falta de una política estatal que permita al sector sobrellevar esta crisis. “¿Qué ha hecho el Gobierno sabiendo que el sector turístico tiene un tejido empresarial de 820.000 personas que viven de esto? Nada”, dice Muñetón, quien continúa reclamando para su gremio la exención de tasas tributarias y créditos en mejores condiciones. Reactívate Ecuador, añade, fue una farsa. “De todo el crédito que ofrecieron (más de $ 500 millones) apenas el 2% ha ido para el turismo”, aclara.

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En esto concuerda André Obiol, presidente de la Federación de Hoteles de Ecuador, quien cree que la falta de capital es el principal problema que hoy amenaza a 70 locales que están a punto de cerrar de forma permanente. Necesitan al menos $ 300 millones para poder reactivarse y pagar deudas. Algunos bancos públicos, señala, ya han empezado a notificar posibles embargos y recurrir a la banca privada (con tasas que alcanzan hasta el 17%) en plena crisis, no es una opción.