Despues del FMI, el desafio de ordenar la economia
En la búsqueda de estabilizar el Presupuesto General del Estado, y como respuesta a la imagen positiva que está trabajando Ecuador a nivel internacional, se recibirá un crédito de más de $10.200 millones de parte del FMI y de otros organismos multilaterales. Se tiene previsto que el primer desembolso de este financiamiento llegue en el primer semestre de este año y sea alrededor de los $ 4.600 millones. En 2020 serán otorgados cerca de $ 3.100 millones más, completando así el crédito en 2021 con otros $ 2.500 millones. Estos recursos ayudarán a estabilizar las cuentas del Gobierno. El desafío ahora será la implementación de otras medidas que sirvan para ordenar la economía, para atraer inversión y para crear empleo. Aún no hay detalles específicos de las medidas económicas (ajustes) que implica la obtención de este crédito, pero se prevén cambios en materia tributaria y laboral.
Respecto al destino de estos recursos, se utilizarán principalmente para respaldar el Plan de Prosperidad que está impulsando el Gobierno Nacional. Los organismos internacionales han mostrado su apoyo para que el país siga adelante con este tema. El presidente ha manifestado su interés en financiar la construcción de casas, las ayudas técnicas para las personas con discapacidad, construcción de escuelas, y bonos para personas de la tercera edad.
Además de la responsabilidad social, también el Gobierno deberá actuar con responsabilidad económica. La manera más factible de lograrlo es generando estabilidad y confianza. Primero se debe impulsar la inversión privada reduciendo los impuestos y aranceles, reformando las leyes laborales (flexibilizando el mercado laboral) para aumentar así la producción; segundo: apuntar a las alianzas público-privadas para optimizar recursos públicos, reducir el gasto de capital, permitiendo la inversión privada en sectores poco usuales; tercero, fortalecer la industria local y el agro mediante líneas de financiamiento que permitan incrementar la liquidez de nuestros pequeños productores; y cuarto, potenciar el emprendimiento simplificando trámites para generar empleo y competitividad.
Por otro lado, en estos días se han podido escuchar diversas voces a favor y en contra de la relación de Ecuador con el FMI. Más allá de que podamos estar o no de acuerdo con estas medidas (para algunos consideradas extremas), lo que no debemos olvidar es el antecedente y el problema de raíz: el excesivo gasto público, manifestado en el déficit fiscal y heredado de la administración del presidente anterior. El tamaño del gasto respecto al tamaño de la economía (Gasto/PIB) era del 21 % en el año 2006, pero se incrementó al punto de llegar a ser del 44 % en 2014. Este crecimiento exagerado del tamaño del Estado ha traído grandes problemas al país y por eso no debemos permitir que esa situación continúe ni se vuelva a repetir.
En ese sentido, junto con la obtención y utilización de los recursos del FMI, se deben tomar acciones para procurar la estabilidad en las finanzas públicas en el largo plazo. No hay otro camino que la reducción significativa del gasto público (corriente y de capital) y dinamizar la economía favoreciendo el clima de negocios, aprovechando mecanismos como la Ley de Fomento Productivo y demás medidas futuras en pro de incrementar la participación del sector privado.
María Isabel Salvatierra