CARA-VANA
Las cartas victoriosas del correísmo en Guayas, Álvarez y Aguiñaga, realizaron una caravana.CORTESIA

La desidia, el comodín del correísmo para su retorno

El disgusto ciudadano fue el vehículo para conquistar los comicios seccionales. La dispersión y la nostalgia, según analistas, fueron protagonistas

Su victoria empezó mucho antes. El resurgimiento de la Revolución Ciudadana desde las administraciones locales del país visto en las elecciones seccionales del 5 de febrero tiene una explicación “a simple vista”, según analistas consultados por Diario EXPRESO. La falta de consensos, el resplandor de las críticas al Gobierno, la idiosincrasia ciudadana y el repudio a ciertos liderazgos pavimentó el camino para que las cartas del correísmo tomen el control desde los territorios.

DISPERSIÓN

La falta de consensos que vienen arrastrando las organizaciones políticas, según Mauricio Alarcón, director de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, es una de las principales razones por la cual el correísmo captó las administraciones locales. “Esto hace que el umbral de triunfo sea mucho menor y que, a través de la consolidación del voto duro, sea mucho más fácil acceder al poder público”, sostiene.

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Una realidad que, según continúa, se observó en la carrera a la Prefectura del Guayas y la Alcaldía de Guayaquil, donde la tendencia socialcristiana estuvo fragmentada por excoidearios suyos como Nicolás Lapentti, Andrés Guschmer y Pedro Pablo Duart. “Se fragmentó su electorado. Eso empezó en 2019, cuando dejaron ir a Doménica Tabacchi y, luego, a Cristina Reyes”, destaca.

Sin embargo, César Febres-Cordero, analista político, destaca que esa fue una contingencia enfrentada por las fuerzas del centro hacia la izquierda. “En Pichincha se enfrentaron Pabón con Churuchumbi; en Quito, Muñoz con Yunda”, explica y hace hincapié en que, aunque es uno de los elementos a analizar tras la victoria del correísmo en varias localidades del país, no fue exclusivo o determinante para su victoria en las administraciones locales.

NOSTALGIA

Uno de los factores más estrechamente relacionado con la victoria correísta, según Alarcón, por la desatención que la ciudadanía percibe de sus administradores. “La frase de ‘con Correa estábamos mejor’ se plasma afuera de las instituciones públicas”, señala y destaca que esa idiosincrasia se refuerza ante los señalamientos y falta de obras de las administraciones locales y la nacional.

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Panorama que, según señala Febres-Cordero, está encaminado en la frase de “roba, pero hace obras” que, de alguna manera, intenta justificar la decisión del electorado. Esto pese a los cuestionamientos, procesos y sentencias que varias de las figuras más importantes de la Revolución Ciudadana tienen. “Nuestra gente es mucho de validar el gobierno ejecutor, el gobierno administrador y cuando se siente decepcionado va en busca por quienes sí hicieron”.

LIDERAZGO

Los ‘cacicazgos’ es otro elemento de análisis que Alarcón considera fueron parte del conjunto de circunstancias que conspiraron para que el correísmo capte las administraciones locales. “(La Revolución Ciudadana) ha sido muy hábil en poner candidatos aceptables por la ciudadanía”, señala y destaca que eso permitió que los candidatos del correísmo capten el voto rechazo que el electorado tuvo, por ejemplo, en Guayas y Guayaquil.

Sin embargo, según explica Febres-Cordero, su votación no se atribuye exclusivamente a ello, sino que ello “son los candidatos que representan a Correa. No significa que por sí solos no hayan influido positivamente, pero es un elemento a reconocer”. Asimismo, señala que lo que hay que observar es que “el correísmo se reestructuró y buscó a los caciques adecuados. Cuando debió cambiarlos lo hizo. Se han adaptado”.