Desempleados ven en el endeudamiento una opcion
Parece que la gente se quedó con el mensaje del presidente Rafael Correa
Parece que la gente se quedó con el mensaje del presidente Rafael Correa cuando -haciendo una comparación del Estado con una familia de clase media- dijo que se podía utilizar la tarjeta de crédito para subsistir si el jefe de la casa se quedaba sin trabajo.
O si no, fue Correa el que, en realidad, hablaba de una pauta de comportamiento que ya reflejan las cifras oficiales.
Sin trabajo no hay sueldo y sin dinero se recurre al crédito, pero como no hay recursos para pagar, se acumulan las deudas y crece la morosidad en el país. Esa es la lógica que recogen las estadísticas de la Superintendencia de Bancos cruzadas con las del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC): en las provincias donde hay más desempleo, hay también mayores porcentajes de morosidad.
Entre las 10 regiones con mayores índices de desempleo, hay seis que también se encuentran entre las 10 primeras con peores registros por retraso en el pago de deudas.
De hecho, el economista José de Souza, de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (ABPE), calculaba en uno de los boletines mensuales de la entidad que por cada punto de desempleo se aumentaba un 0,6 % la morosidad.
La economista y profesora de la escuela de negocios Espae-Espol, Sonia Zurita, explica las causas: “Usualmente los clientes con ingresos fijos son aquellos que tienen relación de dependencia (laboral) y al disminuir el nivel de crecimiento de la economía sus empleos podrían estar en riesgo. En general, si los clientes tienen menos ingresos, tendrán mayor dificultad para cumplir con todas sus obligaciones”.
Pero las consecuencias van más allá. No es solo que el desempleado que usa la tarjeta deja de pagar y cae en mora. Esa misma personas sin trabajo remunerado, para no aumentar sus deudas, deja de consumir todo lo que no es urgente, innecesario o suntuario.
“Esto se refleja en un menor nivel de demanda de la economía, lo que impacta el desempleo”, apostilla Zurita.
Es decir, si se vende menos, las empresas entran en pérdidas y ajustan sus gastos, por ejemplo, despidiendo empleados para evitar caer en incumplimientos significativos con los bancos. Y eso es lo que está pasando en el país.
Por eso, los niveles de morosidad asociados al desempleo no son tan elevados en los créditos productivos como en los hipotecarios o de consumo.
Como ejemplo, el economista De Souza precisa, consultado por Diario EXPRESO, que “los créditos comerciales están atados a montos de ventas anuales, por lo que una variación en el desempleo no refleja un impacto en la mora de estas carteras; algo similar ocurre con los microcréditos”. Sin embargo, añade, “en las tasas de mora de créditos inmobiliarios, ante un aumento de un punto porcentual del desempleo nacional, aquellas tienden a aumentar en un 1,2%”.