La pizza de cuy es una nueva oferta gastronómica en Santo Domingo.

Cuy hasta en pizzas

Unos mil cobayos fueron devorados en Santo Domingo durante festival gastronómico. Es rico en proteínas, vitaminas y minerales.

Sus deseos de emprender y no dejar que se pierdan las tradiciones llevaron a Raúl Doicela a preparar y ofertar cuy asado en Santo Domingo, desde hace diez años.

Cuando habla del cuy lo hace de manera apasionada. Dice que no solo le da gusto, sino también que lo dignifica, pues está convencido de los altos valores nutricionales que este animal ofrece a quien lo consume.

Él es originario de la provincia de Cotopaxi, pero llegó a la tierra de los colorados cuando tenía solo ocho años. Fue su esposa y coterránea, Ana Teresa Negrete, quien le compartió todos los secretos para criar y preparar cuy; ella a su vez los había recibido de su progenitora. Es que está claro que el roedor es sumamente importante para las culturas andinas.

Fuente de vitaminas

Raúl insistió en que el cuy es una fuente de proteínas, vitaminas y minerales, fácil de criar, a bajo costo y saludable.

“Solo come forraje de campo, en la Sierra come alfalfa. También es limpio. Siempre está en una jaulita y su excremento va al piso (no se queda en la jaula). Algo muy diferente a las reses y los cerdos”, dijo convencido.

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Lo que lamenta es que la gente tenga un rechazo a su consumo sin ni siquiera haberlo probado, pues la mayoría se deja llevar por el hecho de que es un roedor y por ello comerlo no es tan común como con otros animales.

Contó que una vez llegó una pareja a su local. El esposo pidió que le den seco de gallina y su mujer ordenó cuy. Resultó que el hombre le tenía asco al cobayo, pero su esposa logró que probara de su plato. “Le dijo el marido te doy la gallina y me como el cuy”, recordó entre risas.

Para compartir su sazón, Raúl montó su stand de Taita Cuy, en el Festival del Cuy ‘Sabores Andinos’, que se desarrolló en días pasados en la plazoleta del recinto ferial de Santo Domingo.

En total fueron seis los establecimientos participantes que ofertaron el tradicional platillo, ya sea entero o en porciones, a las familias de la provincia tsáchila y turistas, que en total se devoraron alrededor de mil cuyes.

“Lo probé en la Sierra. Es un plato delicioso y tradicional de nuestra tierra. Es una maravilla probar este alimento”, fueron las palabras de Roberto Sarasti, originario de la Península de Santa Elena, al consultarle sobre el bocadillo que tenía en sus manos.

Confesó que se encontraba de paseo en Santo Domingo y cuando se enteró del festival supo que debía probar ese manjar.

Aunque muchos dicen que el cuy sabe un poco a pollo y a cerdo, Sarasti sostuvo que su sabor no se compara con ningún otro animal. “Es una delicia y qué bien que sea un plato típico en el Ecuador... todos los turistas nacionales y extranjeros deberían degustarlo”, manifestó.

Luis Romero aprovechó la ocasión para ganar más fanáticos con su pizza de cuy.

El emprendedor manifestó que tiene un local de comida italiana en el centro de Santo Domingo y hace unos meses incluyó en su carta la pizza de cuy. Y aunque no estaba seguro de la aceptación que iba a tener resultó ser un éxito.

“Como aquí hay gente de todas las partes del país hicimos la innovación. Tengo un amigo que tiene un asadero de cuy y con él hicimos la prueba, nos gustó. Así que decidimos lanzarla al mercado y nos ha ido muy bien”, indicó.

Cree que su éxito se debe a que la pizza es una de las preparaciones más comunes y que sumado al sabor del cuy, el comensal no se puede resistir a la combinación.

Todo ese sabor de la carne del roedor se conjuga con una alta cantidad de proteína, que además es de fácil digestión y baja en grasa, así lo confirmó Édgar León, embajador gastronómico del Ecuador.

Explicó que la carne de este animal tiene muchas vitaminas, por lo que es exportada a Europa, lo que genera que la economía de una zona productora de ese espécimen se impulse. “Es un orgullo contar con esta proteína de un animal precolombino dentro la gastronomía típica del Ecuador”, acotó.