
Las cuatro puntas de Guayaquil
Suele presentarse en estas noches una apretada bruma y un intenso frío. La calle no tiene nombre, tampoco debe tenerlo, apenas se va conformando con tres familias ya residiendo y cuatro casas aún en construcción.
Suele presentarse en estas noches una apretada bruma y un intenso frío. La calle no tiene nombre, tampoco debe tenerlo, apenas se va conformando con tres familias ya residiendo y cuatro casas aún en construcción, pero resulta que ese sitio en el extremo más occidental de Chongón se concreta en una de las cuatro puntas geográficas del Guayaquil de estos días.
No hay similitud en estos cuatro escenarios, donde las vivencias son extremas. Mientras en la una (Puente Lucía, en el lado norte) mora un aire rural, tranquilo y de noches solitarias; en el ala sur, la intensidad del proceso de ocupación se detuvo al pie de una franja de tierra a modo de malecón, en un sector que se conoce como Miami Vice (Guasmo Sur).
El lado este ambienta la parte más progresiva de Guayaquil: Puerto Santa Ana, donde hay 12 edificios modernos, desarrollados en los últimos 10 años. Un sector representativo porque ahí se fundó la ciudad y es uno de los íconos transformados por la regeneración urbana.
En sí, un sitio 100 % turístico en el que la brisa del río envuelve a sus visitantes con la frescura típica del verano porteño en las faldas del cerro Santa Ana y al pie del Guayas.
El lugar, que hoy alberga decenas de restaurantes que exhiben lo mejor de la gastronomía guayaquileña y extranjera, muestra una fachada totalmente opuesta al resto de las puntas de la ciudad.
Y es que en Puente Lucía, por ejemplo, que también tiene su oasis -un pequeño malecón y un estero en el que grandes y chicos se pueden bañar- las enormes construcciones aún no tienen presencia.
Sin embargo, los habitantes no se quejan. Todo es cuestión de visión y costumbres -dicen- de cómo perciban su vida en la urbe, una de las más pobladas del Ecuador. Multicultural por donde se la quiera ver. Diversa, bohemia, creativa y colmada de arte... Con caminos aún por descubrir y gente aún por conocer. En su mayoría alegre, ‘canchera’ y con grupos sociales híbridos que definen y fortalecen su identidad.
Cuyos extremos en su momento (1938) terminaban en el barrio Cuba, por el sur, y en la calle Lizardo García, por el oeste. Luego de eso, el área rural.
Un recinto se levanta a orillas del río
En el km 27 de la vía a Daule, en el límite de Guayaquil con Nobol, está Puente Lucía. Un recinto integrado por alrededor de 500 familias que se dedican a la agricultura y al comercio. Un lugar pacífico que ha crecido con el tiempo, que tiene escuela, estación de buses, un estero que sirve de piscina..., y un río (Daule) en el que a través de lanchas se ‘comunican’ los vecinos.
El arte y la diversión en un solo lugar
La arista este de la ciudad la ocupa el Puerto Santa Ana, una ‘guarida’ colmada de edificaciones (emblemáticas y modernas) que se levantan en las antiguas instalaciones de la Cervecería Nacional, la fábrica de leche Indulac, la piladora Modelo... El lugar ofrece varios puntos de entretenimiento. El Museo de la Música y la Casa de la Cerveza son algunos de ellos.
Un barrio en el lado más ancestral
La punta oeste termina en una incipiente calle de la lotización Colibrí II. Un sitio donde se juntan futuro y pasado. Chongón era ya un poblado indígena antes de que fundaran Guayaquil. Es también referencia del desarrollo de la ciudad: la vía a la costa, a cuyo costado se incrementaron las urbanizaciones y se proyecta la construcción del nuevo aeropuerto.