Cuarenta anos despues

Acabo de leer un pronunciamiento elaborado por ese conjunto de expresidentes latinoamericanos, ubicados políticamente del centro al centroizquierda, que se denomina Club de Madrid. Titulado: Un nuevo contrato social para una nueva generación democrática, sugiere el “aggiornamiento” requerido por los nuevos tiempos, aunque a mí me suena conocido puesto que en su esencia invoca un siempre imprescindible antropocentrismo en el marco de una moral social ejercida por ciudadanos dignos del nombre.

Lo inician señalando: “América Latina ha cerrado uno de los ciclos de mayor expansión económica de su historia (2002-2014), con escasas certezas, enormes retos, como la desigualdad económica y de acceso a derechos y un contexto internacional donde abundan las tempestades”. Añaden que “la necesidad de renovación es doble y urgente: alcanzar un pacto social que recupere la complicidad de una ciudadanía identificada con la democracia, pero desconfiada de sus instituciones, y un cambio del modelo de crecimiento que priorice la distribución de la riqueza y asegure la sostenibilidad económica y ambiental”.

Destacando que: “La democracia del siglo XX tiene que cambiar en el siglo XXI y los partidos también”; instan a “una nueva y bienvenida intolerancia con la corrupción” y advierten que “el fracaso de las expectativas de millones de ciudadanos puede exacerbar la crisis de legitimidad de las instituciones democráticas, ahondar la distancia entre representantes y representados y romper el contrato social. Factores que preparan el terreno para otros dos males recurrentes: los populismos y los hiperpresidencialismos”.

Concluyen clamando por: “Innovación, política, liderazgo y una nueva formación cívica que rechace el autoritarismo, la impunidad, la corrupción y la violencia; que asegure el derecho a un medioambiente no degradado; que extienda el progreso desde las élites a las bases, desde las ciudades a los campos, y que ponga en pie de igualdad a las comunidades indígenas”. Se trata de recuperar a las personas como centro de la acción política, como ciudadanos libres e iguales.

Buena propuesta.

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