El Cpccs: primeras acciones

El Ecuador recibió con beneplácito las designaciones realizadas por el Gobierno Nacional a objeto de integrar el Consejo (transitorio) de Participación Ciudadana y Control Social, luego de que sus miembros iniciales fueron cesados, como producto del resultado favorable de la consulta popular cumplida respecto a dar por terminado el periodo para el que fueron electos. En efecto, el grupo encabezado por Julio César Trujillo solo tuvo la crítica de no guardar equidad de género ni equilibrio generacional. En cuanto a la honestidad de sus integrantes no se han escuchado voces discrepantes, por el contrario, se ha calificado al presidente del Consejo (transitorio) como reserva moral de la nación. Con ese antecedente, las primeras acciones del Cpccs se corresponden con las esperanzas que el país tiene de que dicha institución se convierta en el mecanismo idóneo para avanzar en la imprescindible superación del estado de cosas en que se dejó al Ecuador, luego de una década pródiga en atropellos al orden constitucional y al patrimonio público.

Sin duda, y siendo connotado jurista el presidente del Cpccs, y juristas también algunos de sus otros integrantes, se tiene certeza de que las acciones son apegadas al más amplio respeto a la norma legal, de modo que además de justas se vuelvan irrebatibles, sustentadas en argumentos apodícticos. Por lo señalado se entiende, respecto a la reciente suspensión de los concursos de méritos para designar 24 fiscales provinciales, 400 fiscales y llenar 700 vacantes administrativas judiciales, que el doctor Trujillo se haya permitido calificar a dichos concursos como “mañosos”, añadiendo que “en ellos no confía nadie y mucho menos la gente calificada, pues tiene miedo de que salgan ganadores los que deberían ser los perdedores”.

La comentada pérdida de independencia de la administración de justicia ha sido una de las situaciones más lamentadas durante la década pasada, pues en muchas ocasiones sus ejecutorias dependieron de algo previamente señalado en una sabatina o como producto de lo que se denominó “error inexcusable”. Es de esperar ahora que el Cpccs continúe sus labores con la misma dedicación patriótica y toda la firmeza necesaria para enderezar el rumbo de la República hacia el respeto a la ley.