Corrupcion, dolarizacion, crisis

Son tres hechos vinculados a la historia reciente del Ecuador. A partir del auge petrolero de los años 70, siglo pasado, la corrupción, con las excepciones que sí las hubo, se apoderó de quienes han tenido cercanía con los gobiernos de esta etapa de la vida nacional. La incontable cantidad de nuevos ricos, que no tienen cómo justificar su repentino enriquecimiento, delata a quienes han causado tan grave daño, que influye en la crisis que sufren los ecuatorianos.

Estos casi 50 años el país ha vivido de escándalo en escándalo por atraco a fondos estatales. La crisis bancaria de la década de los 90 le costó al tesoro público alrededor de 6.000 millones de dólares, provocando concomitantemente la migración de alrededor de un millón de compatriotas.

No hubo otra salida para detener la irrefrenable inflación cercana a tres dígitos, que sacrificar la moneda nacional y adoptar el dólar para estabilizar la economía, con lo cual el país perdió competitividad, se incrementaron costos de producción, se encareció la vida y se limitó el circulante, afectando la demanda. Lo que no se ha podido cambiar es la conducta de los ecuatorianos. Siguen siendo especulativos, privilegian visiones e intereses del sector o gremio al que pertenecen, sin contribuir a construir un proyecto de país, que exige hacer concesiones y ensamblar factores de orden económico, político, administrativo, étnico-culturales, sociológicos, psicológicos, territoriales, que inciden en el tejido de una sociedad, que en el caso de la ecuatoriana es además muy diversa.

La esperanza de la gran mayoría de habitantes que viven de su trabajo honrado ha sido recurrentemente defraudada. El gobierno del Ec. Rafael Correa batió el récord en el derroche de recursos públicos, en deuda excesiva y cara, en sobreprecios en construcción de obras, en contratación de obras inútiles, lo cual explica por qué el país padece una grave situación económica y fiscal, debiendo recurrirse a la injusta medida de que los 17 millones de ecuatorianos paguen las incorrecciones y errores de políticos, funcionarios y cohechadores desleales con la patria.