Ecuador ocupa el quinto lugar de incidencia de casos de coronavirus —1.962 contagios, según el balance de Riesgos— a nivel de la región de las américas. Está antecedido por EE.UU., Canadá, Brasil y Chile, según la representante de la Organización Mundial de Salud (OMS) y de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en el país, Gina Watson.

Según los últimos datos oficiales, difundidos a las 11:00 de este lunes 30 de marzo de 2020, Ecuador registra además un total de 3.083 casos con sospecha y 60 personas fallecidas, siendo la provincia de Guayas la más afectada del país con 1.396 contagios del virus.

Sobre la emergencia sanitaria, Watson precisó que el país ha pasado por los diversos escenarios previstos en el proceso de transmisión de la enfermedad y que se encuentra ahora en dos de sus principales territorios —las provincias de Guayas y Pichincha— en lo que se denomina la fase de “transmisión comunitaria sostenida”.

“Hay una transmisión espontanea del virus dentro de la comunidad, dentro de la población y que requiere medidas, la principal, que es cortar la transmisión persona a persona", dijo la representante de la Organización Panamericana de la Salud.

La funcionaria aclaró que no hay evidencia en el mundo de que ya haya una transmisión del coronavirus por aire de persona a persona, lo que se contrapone a las recientes declaraciones del ministro de Salud ecuatoariano, Juan Carlos Zevallos.

“En el aire, que es la preocupación que tiene la población, esto es lo que se conoce en medicina como aerosoles. Los aerosoles no se transmiten en el aire en circunstancias de ambientes abiertos y normales", explicó.

"Los aerosoles se producen cuando se realizan algunos procedimientos médicos, unos invasivos o no invasivos como entubar a un paciente, como resucitación cardio pulmonar, como darle vuelta a un paciente, como conectar o desconectar un ventilador o hacer un procedimiento de aspiración pulmonar; por tanto, el riesgo de que haya una exposición aerosol es casi exclusivamente del personal de salud, en el ambiente donde se producen y se realizan estos procedimientos. El uso de máscaras plásticas de protección facial debe ser, únicamente, para el personal de salud”, agregó.

Precisó que la aceleración exponencial de la transmisión es preocupante. Los primeros 100 casos en el mundo tomaron 47 días en producirse. En la actualidad, en cuestión de dos días tenemos más de 100.000 casos en el mundo. Dijo que esto implica que, si no se realizan las medidas de distanciamiento social, esto puede presentar un escenario mundial catastrófico.

Reiteró que hasta la fecha no existe una expectativa de vacuna en corto tiempo. Al momento se hacen ensayos preclínicos que pueden abrir una ventana de espera de hasta un año para que se tenga una vacuna que pueda ser comercializada. Señaló que tampoco hay ningún tratamiento específico, validado y acreditado por la OMS para el manejo de coronavirus.

• Proyecto Solidaridad

“Tenemos en curso un estudio que se llama Solidaridad, con más de 50 países, y al cual el Ecuador ha sido invitado a participar. Estamos esperando la respuesta del Ministerio de Salud", adelantó Watson.

En ese proyecto se van a realizar estudios clínicos con los principales medicamentos que se han propuesto como posibles alternativas; es decir,  "anti retrovirales, antivirales, algunos con registro sanitario y otros que son experimentales, como el interferón, clorotina", dijo Watson y enfatizó que aún son estudios y los ciudadanos no deben automedicarse.

Indicó que la principal acción es asegurar la protección del personal de salud, que son los más vulnerables; de las personas que brindan cuidado a aquellas que están infectados y asintomáticos; y asegurar a quienes brindan cuidados en los hogares a casos sospechosos.

Agregó que la enfermedad no ha cambiado su comportamiento: el 80 % van de casos leves a moderados; el 15 % de casos moderados a graves; y el 5 % de casos graves a críticos, de los cuales entre el 2 % y el 3 % podrían fallecer.

“Queremos aclarar a la población que para esta enfermedad nadie está inmune: ni menores de edad, ni adolescentes, ni adultos jóvenes y no es una enfermedad de personas mayores de 60 años", resaltó Watson.

"Las personas de 60 años son más vulnerables, sobre todo si tienen enfermedades como diabetes, hipertensión, enfermedad obstructiva crónica, tienen mayor riesgo; pero muchas personas jóvenes tienen esta enfermedad”, sentenció.