Hábitat. Solo en el sector de La Solita, donde se han hallado más monos muertos, hay cerca de 200 individuos.

Continuan muriendo los monos aulladores

La Solita se ha convertido en un laboratorio improvisado donde se intenta frenar la muerte de los monos aulladores. Hacerlo ha sido muy difícil. Hasta ayer, sumaban ya 44 primates fallecidos.

En menos de dos semanas, sus extrañas muertes han movilizado a más de 20 técnicos, médicos, veterinarios y guardaparques del Ministerio del Ambiente (MAE) y equipos de las secretarías de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap) y de Salud.

Todo ese personal ha monitoreado los sitios La Solita, El Hugo, La Tembladera y los Pocitos, ubicados entre bosques de Manta y Montecristi. En esos lugares fueron encontrados muertos los primates.

En esos sitios, los expertos han trabajado en dos frentes. El primero fue la extracción de muestras de sangre y tejido de los animales hallados para determinar la causa de los decesos. El segundo consistió en proteger la salud de los habitantes de las zonas de influencia de la reserva; el Ministerio de Salud implementó campañas de vacunación de fiebre amarilla para la ciudadanía, como medida de prevención.

Lucía Luge, veterinaria del MAE, indica que los exámenes servirán para confirmar o descartar las muertes por fiebre amarilla, leptospira, zika, dengue y chikunguña.

También se analiza la posibilidad de que los monos hayan sido contagiados de enfermedades propias de su especie o que su muerte haya sido provocada por otros factores.

Los primeros análisis son procesados por laboratorios del Ecuador, pero también se han enviado muestras al centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Atlanta. “Se requieren al menos tres resultados para confirmar o descartar una enfermedad”, dice Luge.

De estos análisis aún no han llegado los resultados. Las autoridades involucradas aducen que la demora se debe a que estos necesitan un trato “muy delicado” para saber con certeza lo que realmente ocurre.

Además, desde la semana pasada se montaron carpas de atención veterinaria y los especialistas realizan monitoreo de campo para rescatar a animales enfermos y sanos, que serán sometidos a evaluación.

Luge asegura que “en caso de que se hallen monos enfermos se observará su sintomatología y se proporcionarán tratamientos paliativos, encaminados a los síntomas que van apareciendo hasta tener la certeza de a qué nos enfrentamos”. HLV