El próximo 25 de noviembre, se dará inicio a dos semanas de activismo en pro de la defensa de los derechos humanos, que culmina el 10 de diciembre de cada año.

Es importante recordar que Naciones Unidas declaró hace poco más de diez años al 25 de noviembre como el Día Mundial por la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y la Niña.

Este día conmemora un hecho trágico en la historia universal, ocurrido en República Dominicana, cuando las hermanas Mirabal -activistas políticas de la época- fueron brutalmente asesinadas por el entonces dictador Rafael Leonidas Trujillo.

Esta conmemoración, nos invita a la reflexión acerca de la violencia contra la mujer y la niña, que no solo se refiere a las acciones físicas en su contra, sino también a la sicológica, teniendo esta última muchas manifestaciones, tales como las agresiones verbales, la intimidación, la desvalorización y la humillación, que pueden afectar el desarrollo sicológico de una persona.

Este problema, que ha sido calificado como “una de las violaciones más serias de los derechos humanos, y la más tolerada”, se presenta en el hogar, en una relación de pareja, en una comunidad o a lo mejor en la forma como se manifiesta la cultura de un pueblo, es decir, los hechos violentos pueden ocurrir en cualquier contexto.

Erradicar estas formas de violencia es una tarea de todos, de las mujeres que atraviesan esta situación, llamadas a vencer la barrera del silencio, del miedo y la sensación de vergüenza, y a darse cuenta de que son víctimas de un mal llamado a combatirse. Es asimismo un deber de la sociedad en general.

La iniciativa de este año, que se dirige bajo el lema “#EscúchameTambién”, invita a recordar la corresponsabilidad de gobierno, sociedad y familia en la lucha contra la violencia de género, trabajando en el diseño e implementación de políticas públicas, en la difusión en la sociedad de campañas e información necesaria para identificarla y en la familia, estando alerta de una realidad que muchas veces comienza puertas adentro.