Sozoranga. Botas en mano, un hombre cruza por el fango en la vía.

Comuneros construyen una tarabita para salir del apuro

El abismo es pavoroso, pero la necesidad es más grande. Comuneros de dos poblaciones afectadas por la actividad eruptiva del volcán Tungurahua instalaron una tarabita artesanal para poder cruzar y realizar sus actividades cotidianas.

Vecinos de Chacauco, en Tungurahua, y de la parroquia Bilbao, en Chimborazo, se unieron para instalar el aparato que les permita superar el hoyo de unos 80 metros de profundidad, que se produjo luego de que la carretera Bilbao-Cotaló colapsara el 22 de febrero, a causa de una vertiente de agua localizada en la base del talud.

Según las autoridades, este paso sería rehabilitado en seis meses, debido a la profundidad del daño. Esta interrupción afecta a los habitantes de Bilbao, en el cantón Penipe, quienes debido a la cercanía se comunican más con la provincia de Tungurahua por asuntos de trabajo y estudio.

Hilda Meneses, madre de familia, cuenta que varios niños se desplazan por la vía todos los días. “Muchos van a la escuela hasta Baños por esta carretera; tenemos la vía a Cotaló, que demora 45 minutos más, y por aquí es solo quince. No contamos con recursos para pagar un carro particular. Hasta acá no entran buses”, se lamenta.

Cuando se cortó la carretera se realizó una trocha para subir por la peña. “Los niños transitan a diario, pero el terreno es muy resbaladizo y si llueve pueden caerse, es más peligroso; también los campesinos ocupan esta vía para ir a sus labores de cultivo”, asegura Manuel Rosero.

Pero ya con la tarabita, la forma de cruzar ha cambiado, con los consecuentes riesgos. Algo que lo comprobó Elías, quien se sujetaba fuerte a la pequeña canastilla y seguía las instrucciones de su hermano, Patricio Altamirano, que le decía muy despacio: “¡No vayas a mirar abajo, tranquilo, que yo manipulo las cuerdas!”.

Era la primera ocasión que Elías pasaba la tarabita que habitantes de las comunidades de Chacauco y Bilbao construyeron el pasado sábado en el límite entre las dos provincias.

“Con la reactivación del volcán (el viernes) hay que buscar alternativas para salir rápido. Ir por los chaquiñanes es peligroso, porque con las lluvias podríamos resbalar y caer al precipicio”, afirmó un agricultor que a eso de las 07:30 del domingo sacaba la leche desde Cusúa para llevarla hasta Chacauco.

La vía los comunica de manera más rápida con Baños y Pelileo, que es donde realizan sus actividades comerciales. Mientras en Cotaló tres camiones con 150 militares realizan patrullajes para movilizar a las personas que deseen hacerlo de manera voluntaria, ante la actividad del volcán.

El teniente Juan Pozo informó que de Chacauco, Cotaló, Cusúa y Bilbao aún no ha salido nadie, porque la emergencia no lo amerita. “Pero recorremos día y noche para estar atentos ante cualquier eventualidad”, aseguró el oficial.