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La Comisión Pandora juzga sin investigar

La comisión parlamentaria vuelve los ojos al pasado.  Más que investigar si Lasso violó la ley, su trabajo es construir un caso ideológico sobre un banquero...

Alfonso Zambrano comparece en la Comisión que investiga el caso Pandora
Constitucionalista. Alfonso Zambrano Pasquel, abogado de Rafael Correa en el Caso Sobornos, fue llamado a la comisión en calidad de experto.Asamblea Nacional

Primer día de comparecencias en la comisión parlamentaria que investiga el caso Pandora. Las tres legisladoras correístas que la integran y llevan la voz cantante apuntan al Código Penal ahí donde más duele: perjurio, testaferrismo, evasión fiscal… Tratan de conducir el interrogatorio para que sean los comparecientes, no ellas, quienes suelten semejantes acusaciones. Lo hacen sin disimular: “¿Cometió perjurio el presidente?”, pregunta Paola Cabezas; “¿Es este un caso de testaferrismo?”… Al final de la jornada, una periodista del periódico argentino Página 12 (peronista, prochavista y fan de Rafael Correa), les deja caer un regalito: “peculado bancario”, dice con la solvencia de quien nada arriesga y nada expone por encontrarse tan lejos. Genial: peculado con su propia plata. Un poco de seriedad, pide Virgilio Saquicela.

Muy equilibrado panel de expositores para este día dedicado a los especialistas en paraísos fiscales y temas tributarios. Asisten Carlos Pontón, profesor de Derecho Tributario en la más correísta de las universidades quiteñas, la Católica; Alfonso Zambrano Pasquel, constitucionalista y abogado de Rafael Correa en el Caso Sobornos; Wilma Salgado, exgerente de la antigua Agencia de Garantía de Depósitos y famosa por su aversión a los banqueros… Curiosamente, es Zambrano Pasquel el único que habla sobre aquello que los correístas no quieren oír: de los 13 años de declaraciones de impuestos juramentadas de Guillermo Lasso ante el SRI “sin una sola señal de alerta”. Si Carlos Pontón asegura que toda offshore sirve para evadir impuestos, Zambrano matiza: depende de dónde se originen su capital y sus bienes. En cuanto a Wilma Salgado, ha sido llevada ahí para contar el triste papel que desempeñaron las offshores durante la crisis bancaria de 1999. Qué tiene que ver eso con el presidente, nadie lo dijo.

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También se encuentra presente Rodrigo Cordero, profesor de la Universidad del Azuay, pero no puede hablar porque las correístas lo boicotean. Cordero es un abogado dedicado a la apertura de compañías offshore, cosa que, según Victoria Desintonio, Paola Cabezas y Fernanda Astudillo, lo descalifica. Cuando comienza su exposición, ellas se ponen de pie y abandonan la sala, dejando a la Comisión sin cuórum.

Una lástima: podían aprender mucho de él. Tan perdidos están los miembros de la Comisión en el laberinto de las finanzas internacionales (al fin y al cabo se trata de la Comisión de Derechos Constitucionales y este tema de investigación no tiene nada que ver con ellos) que a nadie le extraña la pregunta que Fernanda Astudillo se atreve a plantear a Zambrano Pasquel: “Doctor, ¿cómo debe proceder la Comisión?”. En otras palabras: ¿qué diantres hacemos? Lo primero, responde el jurista, feliz de que se lo consulten, es establecer cómo se formó el fideicomiso, qué bienes se aportaron para su formación, dónde estaban esos bienes, cómo se administra y quién se beneficia. Media hora después, se niegan a escuchar a la única persona de toda su lista de comparecientes que pudo haberles ayudado a responder esas preguntas. Ahora les toca preguntárselo al propio Guillermo Lasso.

La sesión de la tarde es para escuchar a periodistas investigadores de paraísos fiscales pero se excusan los más importantes: los integrantes del equipo de diario de El Universo que formó parte del consorcio internacional de periodistas que desarrolló la investigación de Pandora Papers. La única que asiste, conectada vía Zoom desde Buenos Aires, fue Cinthya García, de Página 12. Incapaz de proveer un solo dato actualizado sobre la materia, se limita a exponer el contenido de un reportaje publicado en marzo de 2017, durante la segunda candidatura de Guillermo Lasso. Con esa base, acusa al presidente de haber cometido peculado bancario con su propia plata, lo llama “buitre interno” y supone que las offshore que tenía en 2017 las sigue teniendo hoy. A eso llama “conclusión periodística”.

Así con la comisión Pandora de la Asamblea Nacional: se niega a escuchar a un especialista por puro prurito ideológico pero dedica la tarde a comentar una publicación de prensa de hace cuatro años. En esta “hoja de ruta” emprendida por la Comisión, resulta clave el gol de media cancha que marcó la correísta Paola Cabezas el primer día, cuando sugirió no poner un límite de fechas a la investigación y su amigo, el presidente Fernando Cabascango, le dio gusto sin someterlo a debate. El mandato del Pleno era investigar la conducta financiera de Guillermo Lasso a partir del 17 de diciembre de 2017, cuando se prohibió mediante consulta popular que los funcionarios tuvieran dineros depositados en paraísos fiscales. Gracias a la intervención de Cabezas, ese mandato se modificó: "Fecha abierta antes de la consulta popular", dice el documento aprobado (sin ser leído) por la Comisión la semana pasado. Así que ahora andan hurgando hasta en la crisis bancaria. Aquí no se está investigando la relación de Guillermo Lasso con los Pandora Papers: se está construyendo un caso ideológico sobre el pasado de un banquero.

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Guillermo Lasso responderá por escrito

El miércoles es el día más esperado del cronograma de comparecencias. María de Lourdes Alcívar y Santiago Javier Lasso (esposa e hijo del presidente) están llamados a las 9 de la mañana. Por la tarde es el turno de Guillermo Lasso, que ha decidido no asistir, según pudo conocer este Diario. El presidente, que recibió un cuestionario de la Comisión, enviará sus respuesta por escrito. En cuanto a su familia, tampoco está obligada a presentarse, pues la Asamblea no tiene atribuciones para pedir la comparecencia de ciudadanos que no desempeñan funciones públicas. El llamado a la familia del jefe de Estado fue objeto de debate en la última sesión y ratificado por mayoría de votos. "No se está solicitando la comparecencia sino más bien invitando a que rindan información", fue el retorcido eufemismo del presidente Fernando Cabascango. El texto de la invitación decía, sin embargo, que se solicitaba su presencia "con carácter ineludible".