
Comenzo el reinado galo
Marca. Francia ganó 6 de los 7 partidos y no necesitó ninguna prórroga en las llaves, algo que solo Brasil puede decir en este siglo.
Sin sufrir, siempre por delante en los marcadores y con holgura. Sin brillantez, también, pero Francia se coronó ayer en el estadio Luzhniki de Moscú como el mejor equipo sin discusión de este Mundial al que llegaron como uno de los favoritos y del que se van con una estrella más y con la sensación de que dominarán el mundo en los próximos años, todo gracias a una generación de jóvenes que asusta a cualquiera. Croacia, con honor como siempre, lloró pero se abrazó al calor de una afición numerosa y que siempre les agradeció este lindo viaje que protagonizaron, también en la derrota.
Mbappé, con los ojos llorosos, se abrazaba a Deschamps segundos después de consumarse el triunfo galo. Esa imagen, la de un niño ganando el título más preciado del balompié, representa al campeón. Un equipo en el que la mayoría de sus jugadores disputaba su primera gran cita ecuménica, pero que sabe bien lo que cuesta ganarla.
Por eso Umtiti, clave por su importancia en esta sólida defensa que armó Deschamps y por su tanto en semifinales, corría haciendo eses con una bandera gala, enloquecido, dando toda la vuelta olímpica antes de recibir la medalla de campeón del mundo. Antes de la absoluta libertad de correr por una cancha empapada, bajo la primera intensa lluvia que se vivió en Moscú y teniendo ya la copa en las manos. Una copa que regresa a París 20 años después. Aquella Francia de Zidane enamoró, marcó época y esta nueva va camino de superarla.
En la cancha, Francia demostró ser más equipo. Poco importa su edad, con solo 25 años de media. Su técnico creó un equipo que tiene un plan claro en su mente y que lo ejecuta a la perfección. Ayer solo fueron superados en los primeros 15 minutos, en una continuación de errores de Kanté que facilitaron el juego a los balcánicos.
Sin embargo, se rehicieron poco a poco y volvieron a sacar partido del balón parado. Ese elemento que Sampaoli dijo que en el fútbol actual no tenía peso y que fue decisivo en este Mundial. Los galos ganaron así ante Uruguay, Bélgica y ayer, anotando su primer tanto siempre de una pelota detenida. En la final fue tras una dudosa falta sobre Griezmann que él mismo sacó y Mandzukic introdujo en su arco.
Un error fatal, pero aún ante una Francia que pocas veces regaló ventajas.
Croacia fue superior en el juego, Rakitic lideraba el cotejo y Vrsaljko conseguía alcanzar línea de fondo en cada intento. Lo buscaron y lo encontraron en una genialidad de Perisic, con un excelente golpeo que ponía las tablas. Fue desde ahí, y durante apenas cinco minutos, que los galos se vieron contra las cuerdas.
Varane los salvó y los mantuvo en el partido, como casi siempre, y la pelota parada volvió a decidir. Un nuevo córner de Antoine Griezmann terminó en penal, después de la primera la asistencia del VAR en la final de un Mundial. El Principito ya erró en una final de la Champions. Ayer no podía fallar. Y no lo hizo, demostrando que ya no es aquel niño, sino un hombre capaz de ponerse a la espalda un país entero.
Su final y todo su Mundial deberían mostrarse en las escuelas formativas. Controla los tiempos, lidera mentalmente a sus jugadores, corrige y además es decisivo.
En el segundo tiempo llevó al equipo hasta el área de Subasic, queriendo buscar el tercero, consciente de que en las finales no se puede bordear el precipicio. Y lo encontró Pogba, quien lo merecía también por su gran torneo, y después Mbappé. Caso aparte el del ‘diez’, el balón de plata más joven de la historia.
Solo un error tremendo de Lloris puso algo de dudas y alentó a los croatas, que ya ni siquiera tenían aliento desde el graderío. Demasiadas remontadas y victorias épicas para soñar con otra. Y más ante Francia. Era imposible que a ese equipo francés le ‘robasen’ este título, que seguro borra cualquier pena por la derrota en la final de la Eurocopa 2016. Porque ya tienen las dos estrellas. Porque ahora son leyendas y van camino de dominar el mundo.
Modric, la nostalgia del Mejor Jugador
El centrocampista croata, Luka Modric, fue elegido ayer el Mejor Jugador del Mundial de Rusia 2018, galardón que lo recibió con cierta nostalgia, porque su selección cayó en la final ante Francia por 4-2.
El cerebro del Real Madrid lideró a Croacia a su primera final mundialista, un hito histórico para un país de poco más de cuatro millones de habitantes y que ganó su independencia hace solo dos décadas.
Formando pareja en el centro del campo con Ivan Rakitic, Modric cargó con el peso ofensivo de un equipo que, junto a Bélgica, ofreció en Rusia el mejor fútbol del Mundial, aunque en la final no brilló como se esperaba. “Estamos orgullosos de lo que hicimos, pero un poquito tristes de perder la final”, afirmó el talentoso mediocampista con su medalla de segundo clasificado aún colgada al cuello.
Pese a ello, con el galardón Modric se dio por anticipado un regalo de feliz cumpleaños para sus próximos 33 años.
Dotado con una conducción de pelota impecable, el capitán ajedrezado fue el arquitecto del juego del seleccionado de Zlatko Dalic.
También destacó por ser el motivador de su equipo cuando parecía que vencía la batalla, del que salió airoso en más de un compromiso del Mundial.
El 10 del Real Madrid ha ganado 4 Ligas de Campeones en sus últimas cinco temporadas, lo que le coloca como uno de los mejores jugadores balcánicos de todos los tiempos y candidato número uno a ser el mejor futbolista de la temporada.
La FIFA también entregó reconocimientos a otros jugadores que brillaron en suelo ruso. El Balón de Plata fue para el belga Eden Hazard, quien marcó un gol en la definición del tercero y cuarto puesto con Inglaterra. El Balón de Bronce fue para el francés Antoine Griezmann.