Colombia lucida

Mientras entre nosotros comienzan a cuadrarse las fórmulas para intentar conmover a un electorado todavía indeciso, Colombia nos acaba de brindar una hermosa demostración de la calidad de su denominada clase dirigente y también la de su pueblo llano.

Sin duda, escuchándola, viene a la memoria aquello de que al concluir -frustrado por las ambiciones de los caudillos que traicionaron el sueño bolivariano-, el esfuerzo integracionista de la denominada Gran Colombia: Venezuela era un cuartel, el Ecuador un convento y Colombia una escuela. Esa tradición educativa no se dejó morir y ahora sus universidades están entre las mejores del continente y sus graduados evidencian dotes intelectuales dignas de admirar entre sus hombres y, cabe destacarlo, entre sus mujeres, que también se han esmerado en cultivarse y, para suerte de su país, incursionan en actividades políticas.

Por ello, aunque no ha dejado de sorprendernos, el resultado que decide no aceptar el acuerdo aprobado poco antes en Cuba, entre el Gobierno del presidente Santos y los representantes de las FARC, no se lo asume como un fracaso de la búsqueda de la paz sino como la oportunidad de perfeccionarlo de modo que, a más del cumplir su objetivo primario, logre que la obtenida se mantenga sin reclamos que la perturben.

Sin duda, eran visibles fragilidades producto de las concesiones desmesuradas que el afán por la paz le imprimió. A partir de hoy surge la oportunidad de corregirlas, contando con la buena fe de las partes. Bien han hecho las FARC en anticipar su voluntad de mantener el cese al fuego, al igual que lo ha ratificado el Gobierno. También es mesurada la reacción de quienes propiciaron el NO, sin dejar ver un triunfalismo vengativo.

Todos quieren la paz pero, no la desean sin evidenciar el riesgo de caer en una situación similar a la de su vecina Venezuela, en donde, trastocando de mala manera los ideales del Libertador, aunque en su nombre, se mantiene a un gran pueblo en condiciones lamentables, para nada deseables entre quienes aman la libertad como bien fundamental. Ojalá Colombia ilumine nuestra América.

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