Ciencia y etica

El trabajo del científico no es una actividad aislada de la sociedad. El saber que este genera a través de su labor, tiene un impacto en nuestras vidas y debería, por tanto, estar comprometido con la superación de los grandes problemas sociales. Es así como los avances de la ciencia permiten encontrar la cura de las enfermedades, facilitarnos la relación con nuestro entorno, etc. Sin embargo, sus productos y sus fines no siempre son altruistas ni son neutrales, estos vienen determinados por agentes e instituciones que son los que financian las investigaciones.

El gasto en investigación y desarrollo, I+D con fines bélicos por ejemplo, es enorme. La investigación militar recibe el 30 % de toda la inversión mundial en I+D (que es un poco más del 2 % del PIB), es decir, cinco veces más de lo que se dedica a investigación sanitaria o diez veces más que a la investigación agrícola.

Se calcula además que en el mundo hay más de medio millón de científicos que destinan su talento al desarrollo armamentístico, entre los que se incluyen aviones de combate, tanques, armas ligeras, hasta armas químicas y bacteriológicas, es decir sofisticados métodos de matar, utilizados muchas veces en “intervenciones humanitarias” que han dejado millones de muertos en los últimos años.

En este contexto, las palabras de Tim Cook, director general de Apple, son alentadoras. En un reciente discurso a un grupo de egresados del MIT, Instituto Tecnológico de Massachusetts, les decía que la ciencia no tiene ningún valor si no se encuentra sustentada en valores humanos básicos y por el deseo de ayudar a la gente. Llamó a no olvidar que es necesario mantener a la gente en el centro de lo que uno hace y que la tecnología debe combinarse con un sentido de humanidad y compasión.

Ni en la ciencia, ni en la tecnología está la respuesta de qué debemos producir, ni por qué, ni para qué. La respuesta está en las propuestas políticas, económicas y, fundamentalmente, en los valores y la dimensión ética que debe acompañar a cada uno de quienes tienen el poder de decisión sobre la investigación científica.