Cemein vs. Cenamed II

Hay quienes practican la política del “laissez faire, laissez passer”; sin embargo, como exministro de Salud, me convertiría en un cómplice y encubridor si no le contase al país el increíble absurdo y la barbaridad técnica que conlleva la creación del Cenamed -Centro Nacional de Abastecimiento de Medicamentos y Dispositivos Médicos Esenciales- como una Entidad Operativa Desconcentrada (EOD) dependiente del nivel central del Ministerio de Salud Pública, con autonomía administrativa, técnica, económica, financiera y patrimonio propio, con sede en la ciudad de Quito, el cual podrá actuar en todo el territorio nacional con características imperiales y será sin duda otra muestra fehaciente del burocratismo polifacético que equivale siempre al desastre y a la descomposición estructural y moral.

De acuerdo con este sistema y cuando el MSP decida, podrá según los artículos 2 y 3 adquirir, almacenar, distribuir, transportar y contratar, para abastecer de bienes y servicios, incluyendo medicamentos, dispositivos médicos y otros bienes estratégicos en salud, que como su nombre lo indica, se orientará únicamente al abastecimiento para “ayudar” a quienes deseen o necesiten comprar, procedimiento que de ninguna manera suena obligatorio. El Cenamed en los abastecimientos que realice, gestionará el reembolso correspondiente al valor de los bienes provistos, más los costos administrativos generados (¿?).

Inadmisible e intolerable, que en este momento de crisis, cuando falta dinero para cumplir importantes obligaciones por parte del Estado ecuatoriano, sin ninguna consideración para con el presidente de la República, se pretenda crear este monstruo burocrático, cuya finalidad y primer mandato dictatorial es el de que los prestadores de servicios de Salud que reciban financiamiento del Estado, estarán obligados a adquirirlos debiendo aclararse perfectamente, en qué consiste el concepto real de “financiamiento”. Los profesionales de la salud de dichas instituciones deberán prescribir exclusivamente esos medicamentos. ¡Racionalizar el COS y que prime el sentido común!

Y sigo andando...