Elecciones. Alejandro Domínguez ocupaba el cargo interino en el organismo por Napout. Ayer en los sufragios fue respaldado.

Los catolicos copan las iglesias por aquello de que “eres polvo”

A las 10:20 una multitud se planta frente al altar principal de la Catedral Metropolitana. Esperaban que el sacerdote y sus ayudantes, 10 seminaristas, les dibujasen sobre la frente una pequeña cruz en un tono gris oscuro.

Cumplido el ritual, cada quien volvía a ocupar su puesto, a la espera de que la misa llegase a su fin. Algo similar se suscitó en cada una de las iglesias católicas, tanto que por toda la ciudad aquel signo de una cruz en la frente se evidenció entre muchas personas desde muy temprano en la mañana, así como al llegar la noche.

Un momento que la Iglesia católica reconoce como la imposición de las cenizas y el inicio de una estación espiritual particularmente relevante para todos los cristianos.

Aquello fue referido por sacerdotes como monseñor Juan Bautista Piccioli, el obispo auxiliar de Guayaquil, quien dio la misa a las nueve de la mañana. Ahí, frente a sus feligreses, recomendó que era el tiempo de prepararse dignamente para vivir el Misterio Pascual, es decir la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.

Solo en la Catedral el paso de católicos se mantuvo a un ritmo constante desde las 06:00 hasta las 20:00, cuando se inició la última misa.

Llegaron de distintos puntos de la urbe. Quienes antes de ir al trabajo pasaron por ahí, así como los que dedicaron la hora del lunch a cumplir con su fe.

“Mi madre nunca ha dejado de venir por sus cenizas”, dijo una de los seis hijos de María Silva Flores, de 95 años, quien luego de asistir a una cita médica pasó por la Catedral.

Hasta Manuel Vásquez, de 70 años, quien la mañana del martes pasado asistió al encuentro en homenaje a los 38 años de Julio Jaramillo en el Cementerio General, estuvo en la Catedral. “Yo soy católico, pero siempre admiré la música de JJ”.

Mientras los feligreses entraban y salían de la iglesia mayor de Guayaquil, había todo un operativo religioso organizado para afrontar el que representa uno de los días en que los cristianos copan más sus templos.

Solo en la Catedral se oficiaron ayer 15 misas. En cada una siempre la nave central se llenó de gente. Coralía Campuzano, del área de Comunicación de la Arquidiócesis, calculó que aproximadamente mil personas caben en este templo.

Para cumplir con aquella agenda, hubo que movilizar a 18 sacerdotes de diferentes parroquias, que se sumaron al arzobispo Luis Gerardo Cabrera y a sus dos obispos auxiliares.

También se movilizó a 20 seminaristas, divididos en dos turnos. Solo así pudieron hacer frente a todo ese contingente de fieles católicos que colmaron la iglesia en busca del signo con el que recordaban una frase determinante en su fe: “Eres polvo y al polvo volverás”.

Para cumplir este rito se quemaron 100 libras de textos añejos cristianos, boletines oficiales de la Iglesia, ramos... Todo para obtener un kilo de cenizas que a lo largo del día Rosalino Balón fue dosificando en pequeños recipientes que luego entregaba a los sacerdotes y seminaristas, los encargados de sellar la frente.