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La Carga: la lucha de las mujeres del Chota

Elaboración. Las esculturas de la corriente artística hiperrealista tomaron entre 3 y 4 años en ser finalizadas y están hechas de fibra de vidrio y arcilla.

A la derecha, cargando un saco de verduras sobre su cabeza, se encuentra María Onaga. Atrás, otras representaciones de mujeres trabajadoras del Valle del Chota.

Al escuchar ‘Valle del Chota’, es imposible no evocar las gestas deportivas de gigantes como Agustín ‘El Tin’ Delgado, Édison ‘Kinito’ Méndez o Iván el ‘Bam Bam’ Hurtado, quienes se alejaron de a poco de la pobreza con cada gol anotado.

Pero al valle le quedan aún muchas historias por contar, algunas quizás no tan alentadoras. Historias de una lucha interminable para sobrevivir el día a día.

Fue esto lo que inspiró a Alice Trepp, artista suiza, nacionalizada ecuatoriana, para emprender uno de sus trabajos más ambiciosos; la representación de la mujer del Valle del Chota en su cotidianidad laboral, actividad que en muchas ocasiones la empuja a tener que transportar pesados objetos sobre su cabeza, razón por la que decidió, con mucho tino, denominarla ‘La Carga’.

Cada una de las 13 esculturas que conforman la exposición, relata la vida de una mujer diferente, desde un eje colectivo, la exclusión socioeconómica que padecen.

Complementa la exhibición el trabajo fotográfico de Patricio Estévez, quien acompañó a Trepp en sus viajes al Chota.

Son 36 imágenes en total, las mismas que descubren el entorno de las mujeres y son vitales para apreciar la obra artística en su complejidad.

Entre las historias encontradas dentro de la exposición, llama la atención la de Ádani Landázuri, hija de una vendedora de frutas y que asistía a la Unidad Educativa del Milenio San Gabriel de Piquiucho. “Es bonita... hay más licenciados, las canchas son de césped... Hay laboratorios de Ciencias Naturales, Computación, pero ahí no nos enseñan”, reza en el texto que acompaña a la obra y concluye: “- La escultura se realizó en el año 2012, la entrevista en el 2015, y hoy Landázuri espera su primer bebé”. Ingrid Iturralde, guía del museo, comenta entre risas que para la apertura de la exhibición actual, en febrero, la jovencita ya era mamá. Es así como las historias continúan, en algunos casos reanudando un ciclo.

Las esculturas podrán ser visitadas en el Museo Nahim Isaías hasta el 30 de junio, sin embargo se está estudiando la posibilidad de que estas se queden en Guayaquil al menos un mes más. La exhibición es totalmente gratuita y los horarios de atención son de lunes a viernes, de 08:30 a 17:00, y los sábados de 10:00 a 16:00, indicó Iturralde.