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ronny aleaga un angelito
Comparecencia. El correísta Ronny Aleaga dijo que con Leonardo Cortázar, que aparece a su lado en la foto de la piscina, no tiene relación alguna.René Fraga

Capítulo 1: Aleaga es un ángel

La comisión para el caso Gran Padrino trazó los límites de su cancha.  El correísmo quedó fuera de investigación. También Ronny Aleaga salió airoso.

“¿Podría decirle cara a cara que lo que él ha mencionado es falso?”. Viviana Veloz, la presidenta de la comisión ocasional parlamentaria que investiga el caso Gran Padrino (como continúa llamándose por acá a la trama de corrupción en las empresas públicas que la Fiscalía bautizó como caso Encuentro), plantea la pregunta decisiva de la jornada. Comparece sorpresivamente (para todos menos para ella) su compañero de bancada, el correísta Ronny Aleaga, literalmente hundido en la sospecha hasta las tetillas, que es donde le llega el nivel de la piscina que compartió con un grupo de mafiosos en Miami. Uno de ellos, Leonardo Cortázar, en el audio que publicó el medio digital La Posta y que es la piedra angular, si no la única, de esta investigación, dice que Aleaga “es un operador mío” que “ha llegado donde ha llegado gracias al crecimiento que le hemos dado nosotros”. Con vehemencia lo desmiente el aludido: que Cortázar “es un fanfarrón”, repite varias veces. Bueno, pero ¿se lo diría en la cara? “Por supuesto que sí”. Menos mal está Viviana Veloz en esta comisión para hacer las preguntas importantes.

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Con trampa compareció Aleaga, el primero de todos, antes de que la comisión tenga siquiera la información suficiente para plantearle preguntas. Rodrigo Fajardo, de la Izquierda Democrática, se quejó primero: dijo que se estaba irrespetando el orden de comparecencias que habían acordado el fin de semana. Lo secundó Gruber Zambrano, de la bancada oficialista: precisó que al legislador correísta no se lo esperaba antes del 2 de febrero. Viviana Veloz se fue por las ramas: explicó que el propio Aleaga había presentado, lo mismo que algunos otros asambleístas, una solicitud para asistir a la sesión y que no podía negársela. Confundió a propósito los trámites: una cosa es concurrir a una sesión con voz y sin voto y otra muy distinta ser llamado a comparecer en el marco de una investigación. Veloz hizo pasar lo uno por lo otro y no hubo quien supiera detenerla. Ese es el nivel de la comisión investigadora.

Con esto y la aprobación de solicitudes de información quedó trazada la cancha en la que se moverá la investigación de la comisión ocasional. La mayoría correísta había presentado una lista de requerimientos dirigidos a varias instituciones (la dirección de empresas públicas, el Ministerio de Energía, la Corporación Eléctrica, la flota petrolera, el Servicio de Rentas Internas, etc.), para que envíen información contractual, tributaria y administrativa desde 2019 hasta la fecha. Gruber Zambrano proponía una lista casi idéntica pero con información desde 2016. Se apoyaba en el hecho de que el propio Leonardo Cortázar asegura, en los audios de La Posta, que el esquema de corrupción que opera hasta la actualidad fue montado durante el correísmo. Viviana Veloz rechazó la propuesta aduciendo razones de calendario. Se sometió a votación y se resolvió tal como quería la presidenta.

A la información solicitada, Viviana Veloz añadirá el informe del exsecretario Anticorrupción, Luis Verdesoto, que no es más que una simulación de escenarios pero en el que ella cree ver, según dijo, una serie de pruebas sobre cómo se dieron los hechos de corrupción en las empresas públicas. Y llamará a comparecer a Andersson Boscán, de La Posta, quien ya dijo en la Comisión de Justicia que no tiene sino sus audios (mejor dicho: sus segmentos de audios), pero cuya voz es tomada como la voz de Dios en estos pagos.

En cuanto a Ronny Aleaga, prácticamente quedó fuera de toda investigación. Él simplemente desmintió que tuviera relación alguna con Leonardo Cortázar, repitió su vieja coartada sobre la foto de la piscina, según la cual él cayó ahí de pura casualidad, por acompañar a su novia a una fiesta en la casa de su tío (que resultó ser Leandro Norero, a quien dijo no haber visto nunca antes de ese día), se jactó de haber presentado él mismo una denuncia en la Fiscalía para someterse a investigación, se adjudicó el papel de víctima de un linchamiento mediático y acusó al presidente de la Comisión de Fiscalización, Fernando Villavicencio, de tener “una fijación rarita” con su persona. Eso le molesta. Él es bien hombrecito.

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Mireya Pazmiño pasa de agache

Entre los documentos que el oficialista Gruber Zambrano pidió incluir en el expediente estaban los dos informes sobre Flopec suscritos por la vicepresidenta de la comisión ocasional, Mireya Pazmiño: uno en su calidad de presidenta de la Comisión de Régimen Económico, otro a título personal. En ambos defiende la permanencia de los contratos de Flopec con las empresas fantasmas vinculadas con el zar de la intermediación petrolera, Enrique Cadena Marín. Contratos que, según la Contraloría (y la propia Viviana Veloz se escandaliza de ello) generaron pérdidas por más de 6 millones de dólares. Gruber Zambrano quería analizar esos informes que ponen en duda la independencia de Pazmiño. Su pedido, sin embargo, se archivó sin debatir.