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El cancer debe ser una prioridad en la agenda politica de America Latina

Para el 2035 se espera que las muertes por cáncer se incrementen en un 106 % si los gobiernos y el sector privado no trabajan juntos para mejorar en varios aspectos.

Actualmente el 19% de las defunciones en América Latina ocurren por el cáncer, segunda causa de muertes en la zona.

Poner al cáncer en el centro de la agenda política y llegar a acuerdos para avanzar en el combate de la enfermedad son los principales desafíos de América Latina, según coincidieron varios expertos con motivo de la Cumbre Mundial de Líderes contra el Cáncer que se celebra en México.

”El número de muertes por cáncer ha venido incrementándose en los últimos diez años. Tenemos que empezar a mover las piezas para que eso sea una prioridad en las agendas de los gobiernos y de todos los que tengan que aportar algo importante en el debate”, señaló Irene Mia, directora global editorial de The Economist Group.

La publicación dio a conocer en julio pasado el estudio “El control del cáncer, acceso y desigualdad en América Latina: una historia de luces y sombras”, que incluyó a 12 países que sumados representan el 92 % de la incidencia de cáncer en América Latina.

Para el 2035 se espera que las muertes por cáncer se incrementen en un 106 % si los gobiernos y el sector privado no trabajan juntos para mejorar en varios aspectos evaluados por el estudio de The Economist.

Por ejemplo, la presencia de planes estratégicos para enfrentar el cáncer, la disponibilidad de medicamentos o el bajo gasto gubernamental en salud que apenas alcanza el 4,6% del PIB promedio en los países estudiados: México, Costa Rica, Panamá, Colombia, Brasil, Ecuador, Perú, Paraguay, Chile, Argentina, Bolivia y Uruguay.

Un bajo rendimiento si se compara con el 7,7% del PIB que invierten en promedio los países miembros de la OCDE.

”Lo que vimos ayer cuando fuimos a ver al presidente de México es que todo está listo (para trabajar), lo que hace falta es el acuerdo político”, señaló Isabel Mestres, directora de Relaciones Externas de la Unión Internacional contra el Cáncer (Uicc).

El estudio de The Economist “es un excelente instrumento que nos pone en otra arena, donde quedan expuestos muchos aspectos que nos pone frente al drama que si no hacemos nada inmediatamente veremos una alta mortalidad en los niños”, indicó Alejandro Mohar, director de la Unidad de Epidemiología del Instituto Nacional del Cáncer (INCan) de México.

Para Felicia Knaul, directora del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Miami, los momentos políticos en los países son claves en los tiempo para tomar acciones en la lucha contra el cáncer.

”Aplicando (los resultados de este estudio) se nos facilita empujar hacia delante políticas (públicas) que consideramos extremadamente importantes. Tenemos dos momentos que son importantes: antes de las elecciones y después de los comicios, ya que se definen programas nacionales de desarrollo y de salud”, explicó la experta.

”Desde la perspectiva de Latinoamérica necesitamos reconocer que el desafío que enfrentamos es multisectorial y multidimensional”, afirmó por su parte Jörg M. Rupp, presidente de Roche Latinoamérica que reunió a los expertos antes de la inauguración de la Cumbre Mundial de Líderes contra el Cáncer.

Actualmente el 19% de las defunciones en América Latina ocurren por el cáncer, segunda causa de muertes en la zona.

El costo económico para hacer frente a la enfermedad aumentará dramáticamente y existe una desigualdad en las posibilidades de acceso de la población a los tratamientos.

Los países mejor situados para liderar esfuerzos contra el cáncer, según The Economist, son Uruguay y Costa Rica, y los que presentan más rezagados son Bolivia y Paraguay.

La investigación “es un ránking, es una comparación, pero pienso que nos tenemos que enfocar en las oportunidades, en lo que podemos hacer todos juntos para mejorar la vida de los pacientes”, dijo Rupp.

La Cumbre Mundial de Líderes en Cáncer organizada por la Uicc y el InCan de México reúne a más de 300 representantes de países, organismos internacionales y empresas farmacéuticas que debatirán propuestas para que en 2025 se haya reducido un 25 por ciento la mortalidad causada por esta enfermedad.