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El camino interminable hacia la sabiduria

Siempre consideré, desde la inocencia de mis años infantiles hasta la congestión y confusión causadas por la gran cantidad de conocimientos alcanzados, tanto académicos como experimentales (que distan mucho de ser todos los deseados), que la lucidez mental era una condición deseada por todo el mundo.

Toda mi vida, entonces, luché por obtenerla. Luego, sentí entusiasmo con eslóganes como “mentes lúcidas, corazones ardientes y manos limpias”, que a pesar de ser copia (ya evidenciada para quienes algo leemos), consideramos que implicaban un mensaje de esperanza.

En esos tiempos de campaña decíamos: ojalá sea para que no se cometan errores tradicionales como fallas en planificaciones, errores de previsiones que lleven, por ejemplo, a situaciones catastróficas al Estado y al IESS, que ojalá sea empeño verdadero y no eslogan de campaña.

Craso error conceptual, nos resultaron iguales o peores que los antiguos: un desastre en la planificación de las deudas, mostrando falta de conocimiento social, político y económico. Un desastre en la distribución de la riqueza: siguió siendo la mayor parte para unos, corruptos, de falsedad ideológica completa, que lo único que faltó es que digan, como los Alfaro Vive, que los asaltos a los bancos era “una recuperación” que se supone serviría para financiar actividades “revolucionarias”.

Ing. José Jalil Haas