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Una caminata sobre el aire

El air trekking es una forma de hacer deportes en familia. Esta actividad gana popularidad en Guayaquil. La distancia del piso es de hasta seis metros.

Canoping. El último tramo incluye un largo viaje en cuerdas.

Caminar sobre el aire es posible. Se conoce como air trekking y cada vez gana más fans. Es un deporte apto para personas de todas las edades, desde los seis años, pero que debe ser evitado por quienes tienen fobia diagnosticada a las alturas.

Consiste en una caminata aérea en la que se sortean todo tipo de obstáculos y que en Guayaquil tiene cada vez más adeptos, a juzgar por el intenso movimiento que se vive las últimas semanas en Bosque Aventura, en el kilómetro 32,5 de la vía a la costa, lugar donde puede practicarse hace poco menos de un año.

Antes de emprender la ruta, el practicante debe equiparse y saber cómo usará los equipos. En el viaje, que dura cerca de dos horas, subirá, caminará bajará y se deslizará por cuerdas y maderos flotantes que pueden llegar a tener hasta seis metros de altura.

“Hay cinco circuitos para recorrer en la ruta y uno adicional de entrenamiento, en donde el instructor especifica el modo de usar los equipos y advierte los cuidados que deben tomarse durante el tiempo de la caminata”.

Habla para EXPRESO José Tomalá, el administrador. Su padre fue quien adquirió el espacio de dos hectáreas y media.

Es común ver en el sitio a familias enteras o grupos de estudiantes. El sábado pasado estuvieron allí Juan Carlos Hansen-holm y sus tres hijos.

“Vine por los chicos, pero terminé siendo yo el emocionado”, contó después de deslizarse en una patineta, en el quinto circuito, el último de los tramos del paseo.

No es necesario llegar en forma. Un hombre de 82 y una mujer de 65 han avanzado sin problemas, “pues aunque la complejidad y la altura se incrementan a lo largo de la experiencia, los equipos tienen doble gancho. y solo se abre uno. Es decir, quien los use siempre estará protegido de un extremo. Por eso “la seguridad está garantizada”, asegura el administrador, quien debió capacitarse en Orlando para instruir sobre el funcionamiento a los visitantes.

La caminata termina en el canoping, con un deslizamiento por 256 metros que regresan al visitante a la entrada del juego. “En cada estación hay un instructor. La idea es que dominen el miedo al vértigo que creen tener”.

Por el número de interesados, la visita únicamente puede hacerse por reserva, en la web.