En la década del 70 llegó a ubicarse como una de las primeras voces masculinas de la música romántica junto a Julio Iglesias y Raphael.

Camilo Sesto, ‘un adios sin razones...’

El famoso cantante nacido en Alicante, fue hospitalizado el año pasado por una disfunción renal.

La década del 70 fue la romántica por excelencia, en la que se consolidó la carrera de verdaderos monstruos de la balada, José José, Roberto Carlos, Sandro, José Luis Rodríguez, por este lado del mundo, y cruzando el charco, Raphael, Nino Bravo, Julio Iglesias y Camilo Sesto, quien falleció la madrugada del domingo en Madrid, a los 72 años, por complicaciones renales.

Su voz con tesitura de barítono, su pinta de príncipe de cuento, y sus canciones (todas de su autoría) lo constituyeron como el seductor por antonomasia de la época. Las mujeres enloquecían por él, desde las chiquillas que despertaban a la adolescencia hasta las mayorcitas que tarareaban melodías como Algo de mí, Amor amar, ¿Quieres ser mi amante?, Jamás, El amor de mi vida, Vivir así es morir de amor, Has nacido libre, Piel de ángel y muchas más.

Premios, reconocimientos, discos de oro y de platino, contratos por doquier, y musicales como Jesucristo Superstar afianzaron una carrera vertiginosa. Su genio creativo se dio el lujo hasta de regalarle a José José el tema Si me dejas ahora. También fue el impulsor y compositor de Miguel Bosé en sus inicios, y colaboró también con Ángela Carrasco, Sergio Fachelli, Lucía Méndez y Lani Hall, con quien grabó a dúo Corazón encadenado.

En la década del 80 su estrella mantuvo su brillo con Perdóname, Vivir sin ti, Donde estés, con quien estés y Un amor no muere así como así. De Estados Unidos a la Patagonia, de Madrid a Londres, el público vibraba con cada una de sus interpretaciones, es que Camilo Blanes, su verdadero nombre, sacudía auditorios como solo él sabía hacerlo, con voz, alma y corazón. Su popularidad decayó notablemente en las últimas décadas porque él así lo decidió, tras autoexiliarse para cuidar a su hijo Camilín luego de ganar su custodia. Para cuando comenzó el nuevo milenio, había perdido notoriedad y el color de su voz. Su aspecto físico distaba mucho de aquel por el que las féminas perdían la razón. Pese a todo, lo único cierto es que este artista, natural de Alicante, tiene un nombre asegurado en la historia de la balada romántica con inolvidables melodías para la posteridad.