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Los representantes del Seguro Social presentaron los resultados del informe actuarial sobre pensiones.rené fraga

Las calamidades que padece el IESS

Los estudios actuariales muestran poco futuro para las pensiones de los jubilados. Al menos cuatro factores afectaron a la Seguridad Social.

La situación es crítica. El Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) llegó al punto de tomar una decisión o caer en desgracia en el corto plazo. Las decisiones políticas, afectaciones del gobierno del expresidente Rafael Correa, prácticas corruptas y el desorden administrativo ahora deben corregirse de inmediato. Para las autoridades actuales, sin esos pasos no hay otra vía de solución.

David Ruales, subdirector general del IESS, presentó los resultados que dan cuenta de la alarma. El viernes 20 de diciembre de 2019, en Quito, entregó los principales datos del informe actuarial del Fondo de Vejez, Muerte e Invalidez. En ese documento se refleja que el 40 % de aportes que debe hacer el Estado a la Seguridad Social es vital. 

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Pese a su importancia, el Estado incumple con el pago del 40 % al IESS

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Lo grave es que ese porcentaje, en 2019, no se cumplió al 100 %. Faltaron cerca de 500 millones de dólares en las transferencias del Ministerio de Economía y Finanzas. 

Pero aún con el pago completo y oportuno no hay garantía de sostenibilidad en el Instituto. El estudio actuarial proyecta que en 2053 sería el último año de estabilidad en el fondo que mantiene las pensiones de los jubilados. Un año después, con todo y 40 % estatal, los gastos serían mayores que los ingresos. 

EXPRESO resume los principales males que aquejan al IESS.

Hospitales con fallas constantes

Entre los males internos del Seguro Social están las constantes quejas de los afiliados por la falta de atención oportuna en los centros médicos y casas de salud de la institución.

Además, si lograron tener una cita, el siguiente obstáculo es que obtengan la medicina recetada por los doctores del seguro.

Según los datos de la administración actual, ese problema se corrige todos los días. Al momento, a decir de los líderes del IESS, en Azuay y Chimborazo se terminó el problema de las largas esperas para una cita. Ahí se puede obtener un turno en cuestión de horas. 

El logro se debe, en parte, a que el Instituto consiguió convenios con 305 nuevos prestadores externos. Es decir, con centros médicos privados -o hasta municipales- que atienden a los afiliados y pensionistas del IESS. El plan es que esos convenios se extiendan considerablemente en 2020.

La obtención de más convenios enfrenta, sin embargo, un inconveniente. El IESS mantiene deudas con sus actuales prestamistas externos. Según conoció EXPRESO, a la fecha la deuda por pagar asciende a unos 450 millones de dólares. El IESS cree que puede pagar sus haberes y, además, fomentar el uso de su APP para acelerar procesos.

La corrupción afecta a la imagen

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Es uno de los males más visibles de la seguridad social. Durante el gobierno anterior, sin decir que no se hayan registrado ilícitos antes, se intensificaron los casos de corrupción que ahora saltan a la luz. Investigaciones de la Fiscalía e informes de la Contraloría General son cosa de todos los días. El nombre de Ramiro González, expresidente del Directorio del IESS, en representación de Rafael Correa, es parte de casos que afectaron las finanzas de la entidad. Según Contraloría, por ejemplo, el exmovimiento político de González, Avanza, se financió con parte de los recursos del IESS. 

Incluso Alianza PAIS realizó un descuento en los roles de pago de algunos empleados para llenarse de dinero. 

Otro nombre que se vincula al IESS y a la corrupción es el de María Sol Larrea. La exasesora de Ramiro González está vinculada a delitos como la compra ilegal de medicamentos. Ella, en noviembre, fue liberada de prisión por un Habeas Corpus concedido en Tungurahua. En cuanto salió del centro de detención de Ambato, sin embargo, fue nuevamente detenida y trasladada a Quito para enfrentar otro proceso. Esa denuncia fue emprendida por la Secretaría Anticorrupción que lidera el Ejecutivo.

La marca del correísmo no se borra 

No solo hubo casos de corrupción. Durante la década de gobierno del expresidente Rafael Correa también se afectó en la forma del Seguro Social. La contratación de personal se disparó aunque, en muchos casos, no se justificó dicha contratación administrativa.

Los análisis de las autoridades de control determinaron que varias de esas contrataciones tuvieron una motivación política. Se repartieron cargos para simpatizantes de los movimientos políticos que apoyaron al expresidente. 

La afectación correísta se manifestó, también, por el acelerado gasto para la construcción de hospitales y casas de salud. Operaciones aparentemente positivas que en realidad causaron endeudamiento y un exceso de edificaciones pomposas que no contribuyeron a una mejor atención para los millones de afiliados. 

Las decisiones más graves fueron, pese a lo dicho, las que se tomaron en el consejo directivo del Seguro Social. Ahí se declararon reservados los informes actuariales, se cambió la distribución de recursos para los fondos y hasta se dio luz verde para que el Estado deje de aportar el 40 % para las pensiones de los jubilados. Esa obligación apenas se restituyó en este año. 

Los problemas en los otros fondos

La triste proyección de sostenibilidad que presenta el Fondo de Invalidez, Vejez y Muerte no está muy alejada de la realidad del resto de fondos. EXPRESO publicó este año, por ejemplo, que el Fondo de Salud tampoco tiene muchos años de vida sino se cambian el porcentaje de aportación de los afiliados. Eso porque, entre otros motivos, el dinero que se recauda aún es insuficiente para las necesidades que tiene la entidad. 

Uno de las causas más graves es que, durante el gobierno anterior, se incorporó a la atención médica a los hijos menores de 18 años de todos los afiliados. Un principio que, al menos en papel, suena loable pero que significó un problema porque el gobierno de Correa ‘olvidó’ pensar en una forma de financiar todas esas atenciones. 

Lo mismo pasó con las amas de casa. El correísmo, que mandaba en el IESS y tenía mayoría en la Asamblea Nacional, dispuso que ese segmento de la población también tenga acceso a la salud del seguro social sin una fuente clara y sostenible de financiamiento. 

El IESS tiene como reto buscar soluciones para ese egreso elevado de recursos y de paso encontrar soluciones para los problemas que se detecten en otros fondos.