Entretenimiento. Algunos espacios son vistos como un área de conexión con la cultura, mediante la música.

Barrio cultural y rustico; bohemio pero inseguro

A raíz de esta intervención hay una percepción positiva, pero la sensación de inseguridad no cambia.

¿Cuál es el perfil de los guayaquileños que acuden a la calle Numa Pompilio Llona, situada en el barrio Las Peñas? ¿Qué los motiva a ir y qué uso dan a los locales?

Un estudio realizado por estudiantes de la Universidad Casa Grande concluyó que el rango de edad de las personas que visitan esta zona de entretenimiento varía, dependiendo del establecimiento al que asistan. Mientras que las motivaciones, pese a ser diversas, se ven atadas al deseo de sentirse en contacto con la historia y tradición de su ciudad.

Diva Nicotina, Estudio Paulsen, Rayuela, Casa Cino Fabiani, La Paleta, Casa Marín y Arthur’s Café fueron los espacios donde se recolectó las 140 entrevistas en profundidad y las observaciones etnográficas.

Así, por ejemplo, en Rayuela, La Paleta y Casa Marín predominan los asistentes entre 19 y 35 años, y allí sus clientes priorizan la oferta gastronómica, bebidas y la música.

Mientras que en otros espacios como Diva Nicotina y Arthur’s Café, el rango de edad se extiende hasta los 60 años, aunque esos locales son vistos como puntos de encuentro para escuchar música del recuerdo y mantener charlas profundas.

Santiago Toral, director principal de la investigación, resalta entre los datos recabados la percepción que tienen las personas que asisten a la Numa Pompilio sobre el barrio.

“La gente asocia a Las Peñas con un lugar de historia, donde inició la ciudad, porque eso nos enseñaron los libros. Sin embargo, al mismo tiempo es percibido, especialmente por las mujeres, como un lugar peligroso”, explica.

A ello se suma que, independientemente del rango etario y en paralelo a la percepción de inseguridad, quienes visitan el barrio Las Peñas ven sus espacios como culturales, diferentes, rústicos y bohemios.

Para Belén Ampuero, coinvestigadora del estudio, es interesante también el hecho de que la gente se sienta conectada con esta zona también por su cercanía al río. “Justamente eso lo hace especial para ellos, que no sean discotecas tradicionales. El hecho de sentir la tradición que guarda el río y su brisa, le da un ‘plus’”, señala.

Juan Manuel Negrón, estudiante investigador, agrega que quienes asisten a la Numa Pompilio son, por lo general, oficinistas, estudiantes e incluso funcionarios municipales.

“Algunos ni siquiera viven dentro de la ciudad. Llegan desde Samborondón para divertirse de forma más ‘relajada’. Es decir, que no sienten la necesidad de ir tan elegantes, como a otros sitios”, detalla.

A Negrón le sorprendió que las personas mayores de 40 años vean a Las Peñas como un sitio nostálgico para converger con amigos y familia. “Recuerdo que un entrevistado me dijo que migró a Estados Unidos, y que luego regresó porque no pudo desprenderse de sus raíces. Hizo esa relación porque justamente es allí (Las Peñas) donde decía sentir ese orgullo de ser guayaquileño”, relata.

El estudio también describe otros factores comunes: que la preferencia de consumo en este sector es mayoritariamente de cerveza y cocteles; y que el horario de asistencia se diferencia por edades, es decir que quienes tienen entre 19 y 30 años prefieren asistir los viernes y sábados. Y el resto, entre semana.

Según Toral, este tipo de investigaciones académicas son útiles para romper paradigmas. “Más allá de la imagen institucional desde el Municipio, este estudio busca corroborar o desmentir que el guayaquileño tiene una sola forma de consumo cultural”, manifiesta.