Emelec terminó en campo rival, pero no pudo concretar la del empate.

Barcelona ilumino la oscuridad del Capwell

El equipo torero consiguió un triunfo que le permite ascender hasta la cima del torneo.

Barcelona aguantó la embestida eléctrica y pudo llevarse los tres puntos del estadio del Bombillo (0-1), con un tanto del goleador amarillo Fidel Martínez.

El Bombillo hizo sentir su envión anímico copero desde el pitazo inicial. Los eléctricos dejaron sin reacción a los toreros durante los primeros 15 minutos, que de no ser por la aparición de Máximo Banguera, el marcador se habría inaugurado.

Primero una definición no tan agresiva de Brayan Angulo, después Juan Carlos Paredes con un tiro lleno de potencia que no encontró red por una tremenda intervención de Banguera. También el travesaño le negó un gol de testa a Marlon Mejía y Holger Matamoros, por medio de un tiro libre, volvió a asustar a la parcialidad amarilla.

Era un comienzo promisorio para la gente azul, un partido en su hábitat. Sobre todo porque a Barcelona les costaba llevar peligro al arco de Esteban Dreer, pero cuando lo lograba, el estadio azul se unía en el sonido en unísono de alivio por el peligro que les tocó atravesar.

Pero lo lindo de los Clásicos del Astillero es que siempre encuentran vueltas impensadas. Dreer, en un saque dividido, alimentó la genialidad de Fidel Martínez y la potencia de Angelo Quiñónez que dibujaron un gol lleno de viveza y oportunismo. El exjugador de Deportivo Quito cristalizó su décimo gol en el torneo y ponía a los canarios por delante del marcador.

Luego de ese golpe, Barcelona se aplomó y atormentó a la parcialidad eléctrica en el estadio que tomó el nombre de Katherine Cronin. Marcos Caicedo tuvo un disparo que el horizontal rechazó y luego una definición corta.

Emelec intentaba sumar gente en el ataque y moverse con la pelota, mientras que el equipo de Leonardo Ramos prefería esperar al rival, robarle la pelota y con un panorama favorable atacar con mucha velocidad. Y, pese al complejo inicio, daba resultados.

En el Capwell los azules querían que se terminarse el primer tiempo y así encontraron nuevo aire; los amarillos estaban envalentonados.

Al contrario del primer tiempo abierto, el Capwell abrió el telón, luego del apagón eléctrico, con un partido más peleado.

El Bombillo continuaba insinuándose en el área de Barcelona, pero los canarios identificaron donde cortarle el juego a los eléctricos y como dispararse de inmediato en ataque.

La lesión de Mario Pineida obligó al equipo torero a replegarse y mandar un mensaje con el ingreso de Robert Herrera: a defender el resultado.