La pugna en el oficialismo echó ayer un velo de silencio, aunque persisten voces de discordia. Marcela Aguiñaga, directora de PAIS en Guayas y asambleísta, continúa en pie de guerra por el llamado al diálogo del primer mandatario, Lenín Moreno.

El presidente de la República ya dejó claro que quiere conversar con todos los sectores, incluso con las filas del propio PAIS.

Ayer, sin embargo, Aguiñaga señaló en el Puerto Principal que no existe diálogo en el movimiento gubernamental. “Los trapos sucios se lavan en casa, pero si tampoco te los dejan lavar, es un poco complicado”, explicó.

Esta semana, el expresidente Rafael Correa criticó duramente en las redes sociales el diálogo de su sucesor con la oposición. Esos comentarios recibieron el apoyo, entre otras voces, de la secretaria ejecutiva de PAIS, Gabriela Rivadeneira, y de Aguiñaga. La disputa se instaló en la primera reunión de Moreno con su bancada legislativa, el miércoles en Carondelet. Allí Aguiñaga condicionó su permanencia en PAIS si no revén el diálogo con los Bucaram.

Sin embargo, Moreno prácticamente le abrió las puertas, si esa era su decisión, contaron a este Diario legisladores de PAIS que prefirieron la reserva.

El diálogo es una de las 17 acciones concretas que ha impulsado Moreno, desde su investidura hasta hoy, para desmarcarse de Correa y establecer diferencias.

En el marco de esta iniciativa, otro asunto que sacó de quicio a Correa fue la entrega de la sede de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) en comodato para los próximos 100 años.

Para el presidente de Estratégika Comunicaciones, Gustavo Isch, Moreno debe trabajar por la reconciliación y unidad de los ecuatorianos. “El principal y único opositor es Correa. No hay oposición visible, por eso parecería un tongo”, dijo.

Una tercera acción de Moreno reprobada por Correa fue la creación del Frente de Transparencia y Lucha contra la Corrupción para recomendar planes contra ella y viabilizar denuncias.

Según Isch, ese es el tema de fondo que enfrenta al anterior régimen con el actual. Al menos ocho exfuncionarios de Correa están acusados de actos de corrupción en los casos de Petroecuador y Odebrecht. “No confío en la justicia, el fiscal Baca es amigo de Correa. Hay cómplices y encubridores”, opinó César Carrión, de CREO-SUMA.