Dotación. En sectores rurales donde no hay redes domiciliarias, el agua llega por tanqueros y los habitantes la recogen en tachos. En la imagen, San Sebastián, un recinto de Daule.

Agua, un derecho coartado

Celebración. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de 1992 en Río de Janeiro decidió dedicar un día para destacar la importancia del agua.

La fuerza del agua en Bucay generó que la población se quede sin el líquido vital y se activara la emergencia sanitaria. Sucedió en febrero pasado. El desbordamiento de los ríos El Limón y Blanco provocó daños en la principal fuente de captación de agua, y los más de 6.000 habitantes de ese cantón guayasense debieron abastecerse de tanqueros provenientes de poblados cercanos.

Algo similar sucede en Guayaquil cuando se elevan los niveles de turbiedad en el río Daule, de donde se capta el líquido y se procesa para su distribución a los 2,6 millones de habitantes que tiene la ciudad. El servicio se suspende si los niveles de turbidez superan la cifra de 1.500 en los medidores (el rango máximo permitido para procesar el agua), o al existir algún tipo de contaminante, como sucedió en junio de 2016, cuando una empresa derramó búnker al afluente y la urbe se quedó sin agua de manera general e intempestiva.

El próximo 22 de marzo es el Día del Agua. El mundo levanta la mirada y supervisa de qué manera se lucha en los diferentes países para garantizar el derecho de tener acceso al líquido vital sin limitaciones. En esta coyuntura, EXPRESO analiza, con expertos y autoridades, la situación del abastecimiento tomando en cuenta algunos cantones de la provincia del Guayas, cuya población superaba los 3,6 millones de habitantes en el 2010 y donde la cobertura del agua alcanza en el territorio el 84 %, según una publicación que hizo en 2014 el Sistema Nacional de Información. Es decir, ningún cantón tiene la cobertura del servicio al cien por ciento.

La vulnerabilidad que sufren los afluentes o los sistemas de captación de agua a nivel local desnuda un problema que, más allá de la situación emergente por cuestiones de la naturaleza, muestra una cierta negligencia por parte de las autoridades, opina el activista Billy Navarrete, secretario ejecutivo del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos, sede Guayaquil.

Navarrete considera que, siendo el agua un derecho humano universal, el Estado debe procurar su acceso general. “Y esto no se está cumpliendo. Un ejemplo grande es Guayaquil”.

José Luis Santos, gerente general de la Empresa Municipal de Alcantarillado y Agua Potable de Guayaquil (Emapag), refuta esa postura y sostiene que, al final del año 2012, se alcanzó el cien por ciento de cobertura del agua potable hasta el límite consolidado de la ciudad, reconocido legalmente por la Municipalidad. Sin embargo, acepta que por el crecimiento y extensión poblacional, el porcentaje de cobertura quedó en 98 % para este año.

“En la medida en que se va dando la legalización municipal y en atención del crecimiento poblacional, se van incorporando los servicios de agua potable, expandiendo la cobertura hacia los nuevos límites reconocidos”, manifiesta Santos.

Navarrete no está de acuerdo con esa cifra. “Un sector importante, como lo es Monte Sinaí, que supera el cuarto de millón de habitantes, no está teniendo ese servicio”. Sostiene que más allá de que exista una situación de asentamiento humano irregular, “esa condición no debería incidir en el acceso a este derecho”.

Coincide con él Luis Gómez González, presidente de la Confederación de Barrios del Ecuador (Conbade). “Hay varios sectores a los que no les llega el agua por tubería, la tienen por tanquero y eso encarece el servicio”. Nombra lugares como Bastión Popular, Lomas de la Florida, Pascuales, Mapasingue, Balerio Estacio, entre otros, donde el servicio no llega al menos al 60 % de la población, “unas 120 mil familias”, resalta.

La problemática no es exclusiva de Guayaquil. En Milagro, el gerente general de la Empresa Pública Municipal de Agua Potable, Alcantarillado Pluvial, Sanitario y Saneamiento, Jean Lucero Novillo, asegura que la cobertura actual es del 83 %.

El proceso para la obtención del líquido en ese cantón se realiza por medio de extracción. “Es clorada antes de ser enviada al sistema de redes de distribución. Estudios del Plan Maestro de Agua Potable indican que el agua subterránea que posee Milagro es de óptima calidad”, afirma.

En ese cantón, de los yacimientos de Chobo sale el líquido que va a Durán. Irónicamente Durán, rodeado de ríos, no tiene agua segura las 24 horas: el servicio es deficiente, llega racionado, por horarios o no existe. “El agua es una necesidad humana y no la están dando”, reclama la activista y política duraneña Lorena Rivera.

Allí la situación se torna molesta porque consideran que los trabajos anunciados por la actual administración municipal no se han cumplido. “No tenemos agua. Nos llega del yacimiento del Chobo y no es agua tratada, es agua cruda la que estamos recibiendo, en algunos sectores por redes domiciliarias y en otros por tanqueros, que nos venden”, asegura Rivera.

De las redes domiciliarias, los residentes citan el racionamiento y los horarios como el mayor inconveniente, ya que el servicio no llega a la hora que les indican. “Llega en las madrugadas y con baja presión”, añade.

El panorama del agua repartida en tanqueros no es exclusivo de Durán. Se unen a este los sectores rurales de Daule, Pedro Carbo, Naranjal.

Rodolfo Guanazo Magallanes, habitante del sector del Cementerio, en Pedro Carbo, dice que las fallas en la dotación del agua son constantes. “Llega con concho y amarillosa a veces. A pesar de esto, mensualmente nos cobran el servicio haya o no haya agua”.

La situación allí, recalca, ha sido informada a la empresa de agua potable, “pero nadie nos da una solución”. Mientras que en Naranjal, en el recinto Lechugal por ejemplo, sus habitantes tomaron la decisión de instalar pozos para obtener agua subterránea, algo que no recomienda Navarrete por ser un líquido altamente contaminado, a causa de los químicos de la agricultura y los lixiviados de los desechos que terminan en el suelo.

La conmemoración de este año se centra en explorar cómo la naturaleza puede ayudarnos a superar los desafíos que plantea el agua en el siglo XXI. El Inamhi prepara varias ponencias. KSG- ERS

Proyectos para dotar del servicio, en marcha

La cobertura de agua segura en Ecuador mantiene una brecha “enorme” entre la zona urbana y la rural, reconoció el gerente general del Banco de Desarrollo del Ecuador (BDE), Byron Ruiz, en entrevista con EXPRESO en enero pasado. “Hay zonas (rurales) donde se llega al 50 % en cobertura de agua. En el área urbana llega al 90 %”.

De ahí que desde el 2015 esta entidad haya aprobado 33 proyectos de saneamiento ambiental (alcantarillado sanitario y agua potable) por $ 53,4 millones.

Además tiene proyectado entregar dos mil millones de dólares durante cuatro años para proyectos de este tipo.

En el marco de la primera etapa de la Misión Agua y Saneamiento para Todos, el Gobierno nacional, BDE, Secretaría del Agua, Secretaría de Planificación y Desarrollo y los alcaldes de 55 cantones priorizados suscribieron una Carta Compromiso de Financiamiento por un monto total de $ 275 millones, para beneficiar a más de 1,6 millones de habitantes a nivel nacional.

El planificador urbano Felipe Espinoza considera que los programas que se ejecuten deben estar bajo el “paraguas” de un macroproyecto, de ser posible que involucre a una mancomunidad.

“Se requiere un enfoque integral de cómo se distribuye y cómo se potencia. No hay una planificación de varios municipios”, dice.

Este arquitecto está seguro de que con los macroplanes que se establezcan para ejecutar los proyectos será posible optimizar los recursos. “Hay que hacer un enfoque intercantonal”, sugiere.