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Afectadas 73,9 hectareas de Cerro Azul

Daño. Hasta el mediodía de ayer aún se podía ver columnas de humo.

Un ‘cementerio’ de llantas viejas, desechos plásticos y basura acumulada, además del hedor, dan fe del estado de abandono y contaminación en que se encontraban las laderas del bosque Cerro Azul que el pasado martes se incendió dejando aproximadamente 73,9 hectáreas devastadas.

Ayer el panorama en el cerro era negruzco. El olor a ceniza aún era perceptible y del suelo se podía visualizar pequeñas columnas de humo que salían de entre las raíces de los árboles secos.

El terreno, negro por el paso del fuego, presentaba también los restos de lo que, los bomberos consideran, habría sido la causa del siniestro: llantas quemadas.

Una maraña de alambres renegridos así como cables en cuyo interior se encontraban hilos de metal calcinados, daban fe de la teoría que maneja la casaca roja guayaquileña. Y de lo que es un ‘secreto a voces’: el reciclaje informal hace de las suyas en este espacio.

Así lo indica Xavier Salgado, un ecologista que asegura haber visto varias veces a los recicladores informales, incluso, cocinando en esta área. “Y sin ser autoridades les hemos dicho que deben salir, que es prohibido hacer ese tipo de cosas aquí”, expresa. “Y cuando queman las llantas es para obtener el metal que está dentro”.

La razón por la que se da esta situación, sugiere Salgado, es porque no existe control por parte de la Policía Ambiental, ni de las autoridades municipales, cuyo trabajo debe ser coordinado con el Ministerio de Ambiente, dice.

El incendio del martes es el segundo que se presenta en Cerro Azul en menos de dos semanas y que deja daños ambientales para la fauna y la flora del lugar, nativa del bosque seco, cuya recuperación podría tomar entre 10 o 20 años. “Para poder reforestar y que los árboles crezcan”, dice Salgado, de la agrupación Medio Ambiente Sustentable.

El siniestro, que inició a las 11:57 del 1 de noviembre, duró hasta las 22:43 de esa noche, y hasta ayer continuaban los sobrevuelos para verificar el daño en los sitios afectados, indicó el Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil, cuyas acciones para sofocar las llamas estuvo a cargo de más de 200 miembros. A ellos se sumaron 50 uniformados de la Infantería de Marina, y un helicóptero Aeropolicial colaboró con la mitigación de varios focos con la canasta especializada para transportar agua y combatir incendios por vía aérea. KSG