Se abre el juego para el 2021
Los ecuatorianos, tanto en territorio nacional, como en el exterior, cumplimos “con el deber democrático del sufragio”.
Nos encontramos a la espera de los resultados oficiales, porque las experiencias pasadas nos revelaron que, dependiendo de las circunstancias, en el campo electoral lo único seguro es que el ganador en las urnas puede ser el gran perdedor en la mesa de conteo de votos y/o escrutinio de actas.
El proceso electoral de ayer abrió el juego político en la carrera para captar la presidencia de la República, juego en el que los grandes ganadores son los movimientos o partidos nacionales, los que, según los resultados, serán declarados como la primera o segunda fuerza electoral. Los pequeños, aquellos de relleno con los que se complementan las alianzas, serán los eternos perdedores, por ser meros peones o comodines dentro del tablero de la política nacional.
En cuanto al Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (Cpccs), la lectura más importante del resultado no la constituye la legitimidad o ilegitimidad de los ganadores, en consideración a si los votos nulos son o no la mayoría; la lectura más importante, es que quedará en evidencia la tendencia del voto popular frente a la eventualidad de una consulta popular para su posible desaparición, o el peso o legitimidad de la propuesta legislativa de limitar las facultades del Cpccs, vía enmienda legislativa.
Quienes propusieron la teoría del voto nulo no midieron los posibles escenarios: a) si el voto nulo es mayoría, se supone que la tendencia de la voluntad popular ante una eventual consulta para la desaparición del Cpccs sería favorable, pero en el caso contrario, difícilmente pasaría la consulta popular; b) ante la posibilidad de la enmienda constitucional, de perder el voto nulo, me pregunto: ¿qué legislador impulsaría una enmienda que no cuenta con el respaldo popular mayoritario?
Lo único cierto es que el 24 de marzo del 2019, en el país, ante la campaña anticipada para captar la presidencia de la República en el 2021, se abrieron las componendas en el juego político ecuatoriano.