El abandono de Venezuela

Los más recientes informes sobre la situación de Venezuela son cada vez más desconsoladores. El sufrimiento del “bravo pueblo” que en el pasado contribuyó a la independencia del Ecuador y que en periodos de crisis políticas o económicas alojó a miles de nuestros compatriotas, está adquiriendo magnitudes insospechadas.

Conforme crecen sus dificultades, el régimen de Maduro adopta medidas más represivas. Precisamente, organismos de la credibilidad de Amnistía Internacional acaban de hacer pública la denuncia de la siembra de terror a que están sometidos los hogares venezolanos sospechosos de albergar familias opositoras. En efecto, un reciente informe de AI establece que: “Las autoridades venezolanas han ampliado su arsenal de tácticas represivas poniendo en marcha una despiadada campaña de allanamientos ilegales de viviendas de personas sospechosas de disidencia”. Aunque el hecho no es una novedad, puesto que se conocían denuncias respecto a similares violaciones a comienzos del presente año, es lamentable tener que reseñar su recrudecimiento.

Por otra parte, en ánimo de mantener a salvo bienes venezolanos en el exterior, al realizar esfuerzos para cubrir la enorme deuda externa que desborda toda capacidad de pago, limitando importaciones vitales, el Gobierno intenta maquillar su situación económica pero, deja a sus compatriotas sin medicinas y sin alimentos, lo que ha dado lugar a la reaparición de plagas que parecían erradicadas, como el paludismo o la sarna.

Precisamente, esa condición que potencialmente podría derivar en un levantamiento popular, impulsado por la desesperación de no poder satisfacer sus necesidades humanas básicas, es la que lleva al Gobierno a sembrar el terror, tratando de impedir el desborde de la ira y la desesperación.

Mientras tanto, la ambigua oposición venezolana que no ha podido explicar su más reciente participación electoral que le propinó una anunciada derrota en la designación de gobernadores, ahora decide no participar en la convocatoria para elegir autoridades municipales, esgrimiendo razones que antes también estuvieron presentes pero que entonces decidió no tomar en cuenta: entre otras, la absoluta desconfianza en la imparcialidad del Consejo Nacional Electoral.

Ojalá pronto, con el apoyo de todos, Venezuela recupere sus libertades.