Menos del 5 %
En unas reuniones hace un par de años, uno de los abogados más prestigiosos de nuestra ciudad nos decía que cuando inversionistas extranjeros le preguntaban qué porcentaje de los fallos judiciales se dictan apegados a derecho, él respondía que en Ecuador se hacía justicia en menos del 5 % de los casos. Ante tremendo dato, obvio que los inversionistas ni desempacaban las maletas, seguían su camino en la búsqueda de tierras con mayores garantías.
Puede parecer un elemento más, pero no lo es. Muchos consideran a la seguridad jurídica, como el elemento de ordenamiento constitucional y democrático mas importante de un país, puesto que los mandantes deben saber en todo momento a qué atenerse en sus relaciones con el sector público y con el sector privado. Para decirlo más fácil, esa es la base de la confianza que los ciudadanos tienen en que las autoridades tendrán respeto y apego a la aplicación de normas válidas y vigentes.
Si bien esta percepción del docto jurista puede sonar cruel, lo cierto es que los eventos de estas dos semanas nos impulsan a creer que es así, y que estamos entrando en una zona obscura y gris en donde la ley de la selva se convierte en el proceder natural de los ecuatorianos.
Si no, ¿cómo entender la justicia a manos de ciudadanos de Posorja, donde se lincharon a tres personas inocentes de las acusaciones que se les hacían? ¿Cómo entender que varios militares vendían municiones a los chicos de Guacho? ¿Cómo entender que en una de las bases aéreas existan cargamentos de drogas almacenados? ¿Cómo entender que un preso con grillete mande un afectuoso mensaje por teléfono apara despedirse al salir del país? O, ¿cómo entender que aún no se sepa dónde está el dinero del Estado que algunos usaron como propios, cómo decía Vladimiro Álvarez?
El 1803, el inglés Marshall decía que “seguridad jurídica es la protección de la confianza”. Hagamos algo para rescatar la confianza en nuestra justicia. Todavía estamos a tiempo, antes de que la barbarie nos alcance a todos. Merecemos más respeto.