Grandes, medianas y pequeñas empresas exportadoras recibieron ayer un reconocimiento por su tenacidad en tiempos complejos para el comercio exterior en Ecuador.

40 anos exportando valen para celebrar y hacer reclamos

El ministro de Comercio Exterior, Juan Carlos Cassinelli, -también galardonado por su empeño en cerrar el acuerdo con la UE antes de fin de año-, tuvo que escuchar un sinnúmero de ‘peros’ a la política comercial.

Llevar 40 años apostando a la exportación ha traído al país miles de millones de dólares. En los años 70, eran apenas unos cientos, pero ahora superan los 18.000 millones anuales (a diciembre de 2015), con el recorte de la caída sostenida del precio del petróleo. Tanta experiencia se celebró el miércoles en Quito en el 40 aniversario de la Federación de Exportaciones, con reconocimiento a las empresas incluido. Pero la fiesta por tantos años de contribución a la economía también fue el momento idóneo, ante la presencia de autoridades, para señalar los desafíos y errores que enfrenta el sector.

El ministro de Comercio Exterior, Juan Carlos Cassinelli, -también galardonado por su empeño en cerrar el acuerdo con la UE antes de fin de año-, tuvo que escuchar un sinnúmero de ‘peros’ a la política comercial.

El presidente del directorio de Fedexpor, Patricio Carrasco Andrade, reconoció los avances -“El acuerdo con la UE es el mayor hito del país después de su ingreso a la Organización Mundial del Comercio”- pero no se olvidó de la “fallida negociación con Estados Unidos”. O de la necesidad de planificar las estrategias comerciales a futuro, sin prescindir de las metas a corto y medio plazo. O del peligro de las negociaciones con regiones como Asia, que “no harán sino ampliar la balanza negativa” (ya que Ecuador importa más de lo que exporta a los países asiáticos). O de la necesidad de “modernizar las instituciones públicas”, como la Aduana o las que emiten permisos de calidad y fitosanitarios, entre otras, para “solucionar los cuellos de botella en los procesos. O de la importancia de “eliminar las cargas impositivas que restan competitividad” a las empresas nacionales.

Y ahí, en una sola palabra, aglutinó todas las razones que deben guiar la política comercial: la “competitividad”.

Significa, según expresó Carrasco y reiteró Daniel Legarda, presidente ejecutivo de Fedexpor, permitir con mejores condiciones productivas, laborales o procesales que los productos de exportación nacionales sean competitivos en el mundo para ganar más mercado y atraer más dólares al país.

El ministro Cassinelli recogió la posta en su agradecimiento (en el que se acordó de sus predecesores en el cargo) y, parafraseando a Carrasco, coincidió en que “sí, se puede”, el país puede ganar más, y aseguró que se escucharán “todas las peticiones que sean objetivas”.