Quito

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Insuperable. Carlos Lara todavía sueña con lo que vivió de frente, al ser arrastrado en su taxi aquella noche que cubría una carrera con dos pasajeros a bordo.Karina Defas

Las víctimas del aluvión de La Comuna claman atención

Unos sobrevivientes no reciben atención ni medicinas. La Secretaría de Salud dice que no es su competencia realizar cirugías y dotar de medicamentos

El 30 de noviembre se cumplen 10 meses de la catástrofe que enfrentó La Comuna de Santa Clara de San Millán y La Gasca, noroccidente de Quito, tras la llegada de un aluvión que dejó pérdidas materiales y también segó la vida de 29 residentes.

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Tiempo después, una aparente calma regresó al lugar. La gente retornó a sus labores, excepto algunos sobrevivientes, quienes denunciaron que la atención y ayuda médica que inicialmente el Municipio de Quito les ofreció, jamás llegó o fue suministrada parcialmente.

Graciela Mora, representante de los damnificados, aduce que este desastre dejó muchos lesionados. A tres hombres se les gangrenó las piernas. Uno de ellos perdió su extremidad tras amputársela.

Para costear las cirugías y exámenes médicos que las autoridades no han canalizado, los hornados solidarios han sido la salida más rápida.

“Las autoridades han tomado medidas parche como dar analgésicos a los heridos o venir a tomarse fotos mientras limpian algo, pero no hay reactivación económica, hay pobreza y desesperación”, insiste la mujer.

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Mingas. La cancha de vóley se convirtió en el epicentro de esta desgracia. Ahí falleció la gran parte de los habitantes que presenciaban una final. La readecuación del sitio es lenta.Archivo

Carlos Lara, de 72 años, estuvo a bordo de su taxi, aquel día negro. Fue arrastrado por la marea de lodo y escombros calle abajo, pero sobrevivió.

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Perdió por completo su vehículo que era la herramienta de trabajo y hoy en día padece de dolores de columna y rodillas por los golpes que recibió en ese trajín.

Esto es un impedimento para trabajar y a eso se suma la psicosis con que convive cada que presencia una lluvia, más aún si incluye truenos.

“Cualquier rato nos puede volver a pasar lo mismo. Ya estamos en época de invierno y el dique de la quebrada El Tejado está acumulando agua nuevamente. Ya mismo se desborda”, espeta preocupado.

La Secretaría de Salud del Cabildo, a través de la coordinadora de promoción de esta área, Mariuxi Riofrío, aclara que han prestado la debida atención médica y apoyo psicológico a los damnificados.

Asimismo, ratifica que no se han realizado cirugías ni entrega de medicamentos a los enfermos, excepto analgésicos para reducir el dolor, mientras son trasladados a una casa de salud con capacidad hospitalaria.

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No es responsabilidad de la Secretaría de Salud proveer de medicamentos. Tampoco contamos con servicio hospitalario sino solo ambulatorio, por eso hemos tramitado con el IESS y Ministerio de Salud para que se realicen las operaciones necesarias, producto de los golpes y heridas que recibieron”, dice Riofrío.

Según la data de esta cartera, solo en estos dos barrios capitalinos se atendió a 989 personas con diferentes cuadros clínicos, como lesiones leves. A quienes presentaban fracturas considerables se las ayudó con el trámite para que sean atendidos. De estos casos hay 173 vecinos que ya recibieron el alta y solo dos todavía no han sido intervenidos. “Lo que nos dijeron en el Ministerio de Salud es que no cuentan con los insumos médicos para operarlos, pero seguiremos insistiendo hasta que sean atendidos”, sostiene la coordinadora.

Los problemas psicológicos también han sido el dilema de muchos habitantes de las zonas y, según la Secretaría de Salud, también han sido atendidos. Inicialmente ingresaron 740 casos de este tipo con cuadros psicóticos o depresivos. Hoy solo atienden a 24. Los otros recibieron el alta o fueron derivados a otras entidades de Salud Pública para superar los cuadros médicos que eran más fuertes.