“No puedes venir con tus equipos tecnológicos porque corres el riesgo de que te roben en la entrada o a la salida de la universidad. Los alrededores son peligrosos y caminar solo ya no es una opción porque te sorprenden los delincuentes disfrazados de lo que no son: amigos”.

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Este es el relato de uno de los estudiantes de la Universidad San Francisco, situada en el valle de Cumbayá, en el nororiente de Quito. Como Esteban (nombre reservado), existen otros estudiantes a quienes EXPRESO consultó sobre la realidad que enfrentan y dijeron que, incluso, han vivido intentos de secuestros exprés y casos que se han consumado.

Nicole es otra joven que estudia en este recinto educativo y cuenta que a un amigo de su hermana lo secuestraron hace unos meses.

Fue abordado cuando salía del campus, cerca de las 17:00, a unas dos cuadras a la redonda. Mientras caminaba rumbo a su casa que está en la zona, dos individuos lo abordaron simulando ser amigos. Lo saludaron. Le preguntaron si no se acordaba de ellos. Y tras entrar en un diálogo con la víctima, lo abrazaron y amenazaron con un cuchillo, para luego embarcarlo en un carro.

“Le llevaron a dar una vuelta, le quitaron el celular y le robaron 40 dólares. Habían querido sacar dinero de los cajeros, pero no tenía tarjetas en ese momento, afortunadamente. Se quedó muy asustado y evitó poner la denuncia en la Policía porque dijo que eso no solucionaría nada”, narró la joven.

Como este caso se reportaron otros, donde un joven fue amedrentado por tres sujetos a bordo de un auto, donde pretendían trasladarlo hasta su casa, ubicada en Cumbayá, bajo amenazas de muerte. Al final, su domicilio fue saqueada.

Pero los estudiantes también decidieron organizarse, así como se conoció hizo la misma universidad, al reforzar la seguridad privada y enviar oficios a la Policía Nacional para que se refuercen los patrullajes.

David cuenta que tras conocer en la comunidad estudiantil de estos eventos delictivos, los jóvenes han decidido salir del campus en grupos para disuadir de alguna manera a los delincuentes.

“En una ocasión llegué justo cuando unos tipos se le acercaron en moto a un amigo, para preguntarle por una dirección. Había accedido a hablarles y estaban forcejeando para subirlo a la moto, pero llegué, grité y huyeron. No supimos más”, relató.

Arafat Miño está a punto de graduarse y comenta que se han identificado dos modalidades de robo para los estudiantes. Preguntar por supuestas direcciones y entregar como regalo unos cupones de descuentos es la otra.

La falta de iluminación y correcta poda de los árboles que están en las calles aledañas a la universidad son factores que aumentan el riesgo de oportunidad para los antisociales.

“Pasadas las 17:00 ya es un peligro pasar por debajo del puente que conecta a la U con el centro comercial. Ahí han habido robos a compañeros que viven por la zona del reservorio. Desde agosto vivimos estos problemas y esperamos que la Policía haga rondas más frecuentes”, solicitó Miño.

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Fernando Quiroga, comandante del Distrito Tumbaco, se refirió al tema y expuso que en este circuito donde se localiza el centro educativo es conflictivo por problemas de ingesta de alcohol en la vía pública, siendo la zona del reservorio la de mayor presencia de estudiantes.

La falta de mantenimiento a los espacios públicos con luminarias y otros recursos también abre espacio a la inseguridad.

“No tenemos denuncias de secuestros exprés. Sobre robos a personas y domicilios, este año suman 10 y cuatro, respectivamente. Los patrullajes que hacemos son intensos y a diferentes horas. Estamos organizados con la comunidad, pero también pedimos que nos colaboren, evitando dejar sus carros en espacios no autorizados o circulando por vías de tercer orden”, concluyó el oficial.