“Mi objetivo no es impedir que alguien regrese a Ecuador”. Esta es una de las frases que dijo el presidente Guillermo Lasso al The Washington Post, el jueves 18 de mayo, tras la ejecución de la disolución de la Asamblea Nacional.

De acuerdo con el diario estadounidense, el presidente ecuatoriano Guillermo Lasso no tiene planes de postularse en las elecciones que se realizarán en agosto próximo, y tampoco le importa quién lo reemplace.

En la nota periodística se enfatiza también la justificación de Lasso para recurrir a la figura legal, aquella que implementó el correísmo como una de sus cartas por si se le salía de las manos la estabilidad política: “Lo fundamental era dar una salida a esta crisis política”.

Además, el mandatario calificó la medida como un “acto de generosidad para el país, de acortar un mandato presidencial para lograr el interés común de los ecuatorianos... y no ver este bochornoso espectáculo de peleas entre políticos”.

Al medio internacional, Lasso adelantó que la semana que se aproxima planea aprobar una orden ejecutiva para dar "más confianza, tranquilidad y seguridad a nuestras fuerzas del orden, para que puedan utilizar sus armas dotadas para proteger a ciudadanos inocentes y también a ellos mismos".

A sus sucesores, el mandatario les recomendó que usen la denominanda 'muerte cruzada' si atraviesan por una situación política similar.

“Se lo recomendaría a cualquier futuro presidente de Ecuador”, dijo.

El jueves 18 de mayo, la Corte Constitucional inadmitió las acciones de inconstitucionalidad presentadas por sectores de oposición al régimen para anular los efectos del decreto presidencial con el que se disolvió la Asamblea. Con esto, los planes de Lasso siguen su curso, en los seis meses que le quedan en Carondelet.