La solución no está en los nombres
A los policías les sigue faltando de todo, desde uniformes, armas y equipamiento, hasta vehículos para hacer los operativos
Los cambios de nombres en los antiguos retenes, ahora llamados UPC, como si aquello fuese un plan o una solución al problema de inseguridad, no han logrado nada más que una inversión sin resultados satisfactorios y la desilusión de la población, cansada de la desatención de los gobiernos de turno.
Las autoridades deben entender que los problemas no están en las denominaciones de las instituciones ni en los colores con los que se pintan los edificios, sino en la falta de voluntad política para hacer los cambios estructurales necesarios que permitan atender las necesidades poblacionales.
Las limitaciones que los policías afrontan en los que antes fueron llamados Puestos de Auxilio Inmediato (PAI), son las mismas de años pasados: falta de recursos económicos, armas, vehículos, medios de comunicación y de conexión con la comunidad a la que deben proteger. El mejoramiento físico de esos espacios, en los que se gastaron millones de dólares, no duró mucho tiempo y no han logrado acercar a la Policía a sus vecinos
Un cambio de mentalidad y la elaboración y ejecución de planes integrales que permitan optimizar el sistema de seguridad ciudadana es lo que requiere el país con urgencia. Los nombres no cambian la realidad.