Editorial | Romper el silencio
Parece no ser relevante para el Gobierno explicar a los contribuyentes el aumento sin precedentes en el presupuesto del CIES
La política institucional del silencio sobre temas de interés nacional está tomando otros ribetes. Ya no se trata solo de evadir las preguntas o no responder a los pedidos de información, sino de la falta de transparencia en el manejo de asuntos muy importantes -que involucran recursos públicos- y de menospreciar la obligación de responder a los ciudadanos.
Parece no ser relevante para el Gobierno Nacional explicar a los contribuyentes el aumento sin precedentes en el presupuesto del Centro de Inteligencia Estratégica (CIES) y a qué fue destinado. Tampoco parece importante responder sobre los contratos millonarios con HealthBird -una empresa con escasa experiencia- entre el Ministerio de Salud y el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social para el desarrollo de una aplicación que aún no existe. Y mucho menos aún, que el SRI y la UAFE expliquen el levantamiento de informes ‘manipulados’ para fraguar persecuciones contra aquellos a quienes el Gobierno ve como enemigos.
El juego del silencio debe romperse. El funcionario público tiene que entender que responder no es una opción, sino una obligación. Y los ciudadanos deben, junto con las instituciones llamadas a hacerlo, exigir respuestas oportunas y sustentadas. Solo así se romperán la dictadura del silencio y la falta de transparencia.